A un año del asesinato de Panchito, brillante estudiante de la Universidad de Guadalajara, por quitarle un celular, a nadie se le ha detenido y muchos sentenciado, pasando formar parte de la larga lista de los casos impunes.
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“Nunca nos cansaremos de pedir paz, de pedir seguridad y de pedir justicia por nuestro compañero”, sentenció desde el mismo lugar de los hechos, donde se llevó a cabo este crimen, el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), Jesús Medina.
“Se lo decimos a los padres de familia, a la sociedad y a la autoridad, no nos vamos a cansar en pedir paz y justicia para esta ciudad”, reiteró.
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Con pancartas y pendones con las palabras Paz y Justicia se reunieron en esa pequeña glorieta cercana al parque Walt Disney, situada por la calle Río Madeira, donde hace 365 días el muchacho estudiante del CUCEI caminaba rumbo al camión que lo llevara a su casa, cuando fue interceptado por un sujeto que le exigió la entrega del celular y enseguida lo acuchilló. Es parte de la colonia Olímpica del sector Reforma, una de las más tranquilas en la última década, pero hoy de las más inseguras.
Marisol Ortiz, su compañera, lo recordó en su ausencia: “Ya no lo tenemos a él, lo más valioso, lo que nadie nos puede quitar, sus palabras, sus textos, todas aquellas emociones y sensaciones que nos transmite al leer un fragmento de sus escritos o volver a escuchar una nota de voz”.
Ante la emoción de todos los presentes, muchos al borde del llanto, resaltó su amiga la convocatoria “el simple venir y estar aquí y ver cuántas personas estamos reunidas ante esto”.
Tras ella, la foto de Panchito, con un gran paraguas, sonriente, imagen captada apenas en los jardines de su escuela, días antes de que le arrancaran la vida, al brillante estudiante, becado y que incluso ya trabajaba en algunos experimentos de primer orden, pero que no pudo concretar.