Desde hace más de 20 años cuando fue asesinado en el aeropuerto de Guadalajara el cardenal Jesús Posadas Ocampo hasta la explosión de dos artefactos en las puertas de una editora, pasando por diversas amenazas hacia los reporteros de El Occidental por el crimen organizado, la forma de hacer periodismo en Jalisco, y sobre todo en la fuente de seguridad, ha cambiado.
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Hace cinco años el promedio de homicidios anuales era de 900. Hoy la violencia se ha incrementado. En 2017 se registraron mil 369 asesinatos, siendo el año más violento de la historia de Jalisco y hoy -en los primeros tres meses del 2018- ya suman 353.
Las amenazas anónimas y algunos incidentes en coberturas foráneas contra los representantes de El Occidental -de carácter individual- han sido latentes. Entre los periodistas de diversos medios han cambiado los protocolos: Hoy los reporteros se desplazan en grupo y se hacen presentes a los llamados “servicios” cuando la autoridad aún no está presente para ganar la primicia.
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En El Occidental hemos difundido protocolos que incluyen verificación de fuentes, reportes constantes del reportero con su jefe -en el caso de investigaciones especiales o coberturas fuera de la zona metropolitana- y, sobre todo, reportar a superiores e incluso a las autoridades cualquier situación extraña o anómala, ya que hemos sido abordados por "halcones" en el lugar donde se ha cometido algún acto ilícito.