Han pasado poco más de nueve años desde el 4 de mayo de 2014, cuando en el Centro de la ciudad miles de personas vieron cómo se consumía el Mercado Corona.
Era un domingo también y a los locatarios les avisaron que algo había pasado en el mercado.
Uno de ellos, llamado Víctor y dedicado a la venta de flores, oficio que aprendió desde sus abuelos, se encontraba por la carretera a Chapala en una reunión familiar y enseguida suspendió todo para trasladarse.
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Recuerda que al dar la vuelta por la curva a la altura de El Tapatío, vio la columna de humo negro por la Zona Centro y fue ahí donde comprendió la magnitud de la tragedia.
Aunque ya existían las redes sociales, no eran tan utilizadas como ahora y todavía no llegaba al centro de la ciudad cuando en Facebook vio el primer video que alguien había subido, lo que le llenó de impresión a él y a sus hijos, que también trabajaban en el negocio ubicado en la planta baja del mercado.
Afirma que llegaron poco antes de que llegaran algunas unidades de emergencia, pues “estábamos estacionados ya y todavía se escuchaban los bomberos”, dice el hombre.
Su vida a partir de ahí no volvió a ser igual. Primero tuvieron que pasar varios meses para que se reconstruyera el mercado y aunque quedó más moderno, cree que muchos de sus clientes se asustaron y mejor evitaron regresar.
En eso coincide Octavio, también comerciante del lugar, que vio muchos cambios en los últimos nueve años, pues además del reacomodo de los negocios, igual considera que sus clientes cambiaron, un tema que se recrudeció con la pandemia.
“Antes veía mucha gente de por aquí a hacer su mandado, se llevaban lo que iban a preparar para comer, ahora ya casi nomás viene turistas, gente a tomarse fotos en las escaleras eléctricas”, comenta entre risas.
EL OCCIDENTAL recorrió el Mercado Corona a nueve años de la tragedia y pudo encontrar que este domingo las escaleras eléctricas que bajan del tercer hacia el segundo piso estaban descompuestas, en tanto que algunos locales desocupados.
Lo que sigue lleno de clientes son los puestos de comida, pues ahí en el área común que comparten los locales de tortas ahogadas, tacos, tamales, pollo y algunos otros antojitos “nunca hay lugar para sentarse”, afirma una de las meseras.
Pero en el caso de quienes venden ropa, disfraces y bolsos o maletas, cada vez ven llegar menos compradores y creen que eso se debe a las ventas en línea y los clientes prefieren encargar en su casa y esperar sus productos sin tener que trasladarse hasta el centro de la ciudad.
En tanto que en los alrededores, igual que antes del incendio de 2014, siguen vendiendo pan de distinto tipo, miel y frutos de temporada, en este caso guamúchiles y pitayas.
El Mercado Corona se ha quemado cuatro veces
Junto a una de las rosticerías más populares del mercado hay un mural donde se explican los cuatro incendios que ha sufrido el Mercado Corona, el cual comenzó su construcción en 1888 por órdenes de Ramón Corona y por eso su nombre.
Fue inaugurado el 15 de septiembre de 1891 y el 15 de noviembre de 1910 sufrió un incendio que lo consumió en su totalidad, en tanto que en 1919 y en 1929 se nuevo se volvió a incendiar.