La nadadora artística jalisciense, Nuria Diosdado, a sus 31 años de edad, contó que se siente en completa plenitud en su carrera deportiva y quiere seguir creciendo su legado dentro de la disciplina del nado sincronizado. Y ahora ha iniciado a pensar en lo que será su cuarto ciclo olímpico, después de haber estado en Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.
“Tengo que reincorporarme lo más rápido posible y sé que mi cuerpo responde porque no estuve inactiva, he tratado de estar apegada a la vida del alto rendimiento. Inició el ciclo olímpico poniéndome metas cortas como me ha funcionado y después decidir qué es lo que sigue”, comentó Diosdado.
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“Tengo el compromiso de seguir liderando a la selección nacional junto con Joana (Jiménez) y de seguir guiando este nuevo grupo de niñas. Estoy segura que el día que yo no esté no hará falta porque vienen muchas niñas con talento y calidad deportiva”.
Nuria apuntaba a iniciar su año deportivo en mayo, cuando estaría en el Campeonato Mundial de la FINA en Fukuoka, aunque parece que la competencia podría ser reprogramada hasta 2023. Aunque podría iniciar en marzo su ciclo de competencias, pero mientras se define, ella está concentrada en sus entrenamientos y siguiendo con sus ganas de hacer un legado importante.
“Ver el avance y el nivel de las niñas y estar apegadas a ellas y verlas entrenar me hace sentir muy orgullosa. Veo que los años han pasado y saber que he sido ejemplo para ellas, ya sea para iniciarse o para llegar a donde están, me hace sentir orgullosa. Siempre he tratado de poner en alto el nombre de Jalisco, de México y de mi familia”.
De igual manera, Nuria recordó lo que representó para ella dar sus primeros pasos en la selección Jalisco, cuando iniciaba su andar en el plano deportivo.
“Mi primera vez en selección Jalisco fue muy sorpresiva, nadie lo podía creer. Cuando llegó la lista yo era la número 10, de las diez seleccionadas. Nadie pensaba que Nuria podía figurar porque no tenía las habilidades reales para este deporte. De niña me costaba mucho trabajo concentrarme, aprender y ser disciplinada”.
“Cuando tengo mi primera Olimpíada, todo era nuevo para mí, incluso mi mamá me hacía ver todo distinto y más informal de lo que realmente era. Allí me di cuenta de que mi deporte no solamente se practicaba en el club, sino en todo México e incluso a nivel olímpico y es cuando me empiezo a comprometer. Me empezó a gustar más y empecé a pedirles a mis papás que me metieran a clases de forma que yo pudiera mejorar las habilidades que con 3 ó 4 horas no pudiera adquirir”.