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Todos los peces de la tierra es una obra inspirada en una parte de la vida de Gina Martí, actriz y productora, quien alterna funciones con Adriana Montes de Oca en este monólogo que aborda temas como la soledad, oscuridad y orfandad.
Hoy inicia la sexta temporada de esta propuesta teatral en el Foro Lucerna y a finales de abril emprende gira por varios puntos de la República Mexicana.
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La dramaturga Bárbara Perrín escribió la historia, una tragicomedia que ahonda en esencia sobre la pérdida de identidad, la pérdida de los seres queridos, visualizados desde un columpio enorme del que no se bajan el par de voces protagonistas.
“Es una obra que toca la pérdida en diferentes volúmenes, desde el personaje de Marina que a la edad de cinco años quiere conocer la playa y cuando se le cumple pierde a su madre”, explica Gina Martí.
“Cada cuadro escénico es energético, amoroso para que transmita que jamás se pierda la alegría de vivir; se va confrontando con la vida adulta, porque a veces se sepultan los sueños para lidiar con la pérdida de la infancia, lidiar con el pago de las cuentas o con lo que quiero versus lo que puedo hacer; aquí se tocan todas las pérdidas”, agrega.
La puesta en escena dirigida por Alejandro Ricaño surge como obra teatral porque Gina canaliza su experiencia autobiográfica: “perdí a mi padre en el mar de Cozumel, era buzo; ya no se le encontró físicamente en el 2013 y se crea la trama escénica a lo largo de 60 minutos”.
Este es el quinto año que se presenta la obra de manera ininterrumpida, durante la pandemia se recurrió al formato de streaming.
“La mancuerna que hicieron Bárbara, como dramaturga y Alejandro, desde la dirección de escena, cuentan las historias más dolorosas de una forma que te mueres de risa. Utilizamos el humor, la risa y el realismo mexicano para que el público se adentre en esta convención hasta hacerlos pedazos de risa.
“Si tú espectador has perdido un ser querido en esta pandemia, la obra es pertinente para sanar heridas y busca abrazar el corazón del público, que busca hacerlos sentir que no está sólo y que le puede inyectar un poco de vida”.
Adriana Montes de Oca, que ha alternado personajes con Gina a lo largo de los últimos cinco años señala que “lo bonito de la obra es que en cada temporada tiene un peso distinto y más ahora con todo o que está pasando, cobra más sentido todo lo que dice la obra, que se sinteriza en una frase que no la voy a decir para que vayan a verla.
“Hace referencia al océano, a lo que se pierde dentro, tanto en la alegría como en la oscuridad. Se enfoca en una sirena que ve sus sueños truncados porque el mar se apropió de su papá”.
Reconoce Montes de Oca, “yo me identifico con la puesta sobre la pérdida de las personas que queremos, de los sueños, la pérdida de la niñez; aunque no hay que perder la esperanza porque siempre uno está en la búsqueda de reencontrarse, porque Marina pasa por muchas experiencias dolorosas se va encontrando de una manera diferente, lo que la ayuda a seguir adelante para reencontrarse con ella misma y sus sueños”.
Adriana considera que “ahora que enfrentamos una pandemia, que estamos rodeados de enfermedad, de muerte, de miedo, de incertidumbre; creo que esta obra toma un peso distinto, que nos abraza, que nos dice sí las cosas pasan, pero tenemos otras cosas que nos ayudan a seguir”.
Adriana Montes de Oca reconoce en el personaje “su fortaleza y las ganas de seguir con sus proyectos, es lo que más define al personaje, llega un golpe a la vida de Marina, pero se toma de otra cosa. Va acompañada de una perrita que ladra, aúlla y es una compañía enorme”.
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