El desfile de Día de Muertos fue todo un éxito en Guadalajara, ya que logró abarrotar de familias el primer cuadro de la ciudad para ver un contingente que hizo homenaje a una de las tradiciones más mexicanas y arraigadas de nuestra cultura.
Iniciando en el corazón del barrio de San Juan de Dios, las catrinas prehispánicas de grandes y coloridos penachos pudieron verse desde el comienzo ante los aplausos de los asistentes.
Catrinas de todas las edades y con decorados atuendos desfilaron en el contingente siendo la protagonista, la huesuda. Catrinas doctor, fotógrafo, músico, mamás y hasta cantineras, fue lo que se pudo ver en el recorrido. Un grupo de dueños de la raza mexicana xoloescuincles desfilaron con sus mascotas.
Algunas casas funerarias decoraron sus carrozas para trasladar a las elegantes catrinas y simular velorios como el inicio del camino a la eternidad. Sin faltar las novias.
También participaron dentro del desfile, grupos de jazz, niñas de diversas escuelas de danza que realizaron coreografías ataviadas de La Muerte, algunos de los asistentes también lucían el tradicional maquillaje de la parca para ver el desfile. Las danzas prehispánicas también formaron parte de este evento en el que el clima fue benévolo.
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Algunas preparatorias de la Universidad de Guadalajara también desfilaron con sus atuendos de catrinas, como la Vocacional que traía un gran ambiente.
Llamaron la atención las grandes marionetas movidas por niños que fueron voluntarios, auxiliados de hilos y palos, daban movimiento a las catrinas. A lo largo del recorrido el número de espectadores no disminuyó. Arribaron a Manzano casi a las 20:00 horas.
Más de dos horas de duración y el colorido desfile concluyó en la Nueve Esquinas con una parte musical y la premiación a los mejores disfraces. Los organizadores reportaron una afluencia de más de 24 mil asistentes.