Nostalgia y un viaje al pasado es lo que ofreció José María Napoleón con su gira "Hasta siempre, la última canción" en el Auditorio Telmex, recinto que lució llenó para observar por última ocasión al ídolo de generaciones, quien complació a sus seguidores por un espacio cercano a las dos horas, en el que, se le vio contento por estar en Guadalajara, tanto que en todo momento interactuó con sus fanáticos, contando las historias de la mayoría de sus interpretaciones.
En punto de las 21:15 horas el Poeta de la Canción, vestido elegantemente de negro, hizo su aparición en el escenario, arrancando de inmediato los aplausos y gritos, así como el accionar de las cámaras celulares, pues no quisieron perder la oportunidad de inmortalizar la despedida de su artista favorito en Jalisco. La velada arranca con "De vez en vez" y enseguida viene "Corazón bandido" y más tarde deleita a los suyos con "Quisiera".
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A partir de este momento es cuando entra en contacto verbal con su fanaticada, a quienes les agradece por estar con él y luego, les pregunta si están contentos por el comienzo, a lo que "todo mundo" responde al unísono de manera afirmativa, situación que al cantautor le agrada. En este espacio, reveló que tuvo inconvenientes para llegar a la cita de este jueves, pues cuando planeaba viajar desde Monterrey, hubo neblina, por lo que no pudo hacerlo en tiempo y forma, hasta que un amigo llegó a su rescate para traerlo a Zapopan. Enseguida, "Celos", "Amor de habitación", "Leña verde" y "Después de tanto", son cantadas por los 11 mil 500 asistentes.
Uno de los puntos importantes de la visita es cuando recordó la ocasión en la que buscó a José José para que le grabara una de sus composiciones y aunque no lo logro de principio, no desistió, hasta que lo logró conocer. Luego de esta historia regaló un popurrí de tres canciones que le escribió al "Príncipe de la canción", con temas como "Lo que no fue no será", "Mientras llueve", "Y para qué". Napoleón recordó la estrecha amistad que tenía con José José, para quien no tuvo más que palabras de admiración por la forma en que interpretaba su música y le dedicó "Cuando se pierde un amigo".
Estando en la tierra del Mariachi, el oriundo de Aguascalientes mandó llamar a los intérpretes de la música vernácula, quienes llegaron desde su tierra y los dejó que se lucieran con "El son de la negra", "Guadalajara, Guadalajara", entre otros temas. Ella se llamaba Martha y una canción especial, para su madre (Sin tu amor), es lo que suelta del itinerario para que sus fans sigan fascinados.
De pronto, Napoleón observa entre la concurrencia al torero Joselito Adame, para quien José María tuvo palabras de agradecimiento por su presencia y felicitarlo por sus logros en el ruedo. El hijo de José María Napoleón, quien lleva consigo los dos primeros nombres de su padre, es anunciado y una de las melodías que canta es "Gracias papá", mostrándose orgulloso de llevar la sangre de su progenitor.
La velada cierra a "tambor batiente" con "Hombre" a dúo con José María y es aquí donde se despide de todos y mientras desaparece momentáneamente, el recinto entero le pide que vuelva, pues no podía irse sin entonar "Vive", petición que es escuchada y cantada segundos después. De esta forma y con lágrimas, Napoleón se despidió de los tapatíos, haciéndoles saber que "Guadalajara es el amor de mi vida", momento en el que se le corta la voz y la gente le aplaude de manera ensordecedora.