En 2024, se cumplirán 30 años de la creación de La Barranca, y, asegura el guitarrista y front man de la banda, José Manuel Aguilera, habrá conciertos conmemorativos. Además, se encuentran en la preparación de nuevo material.
“Claro que queremos hacer cosas en torno a esto, pero lo que primero queremos hacer es música nueva, porque en La Barranca no estamos viendo hacia lo que hicimos hace 30 años, sino lo que haremos 30 años después, esa es nuestra preocupación e interés. Sí, habrá conciertos, pero para mí la verdadera celebración de estos 30 años, será hacer música nueva y darla a conocer al público”.
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El músico cuenta que cuando en diciembre de 2001, lanzó al mercado el que sería su único disco como solista, Yendo al cine solo, se quedó con las ganas de escuchar su creación en vinilo. Y es que en ese entonces aquel formato estaba casi al borde de la extinción, frente a la hegemonía del CD en la industria musical.
Ahora, ese empolvado deseo se ha vuelto realidad, con el lanzamiento de la reedición de este disco en formato analógico. Pero no se trata sólo de una evocación al rito de encender el tocadiscos, levantar la aguja y colocar el acetato para perderse entre sus surcos sonoros, sino de la oportunidad de escuchar remasterizadas esas rolas que significaron uno de los momentos más experimentales de la carrera José Manuel Aguilera, y, además, conocer otras composiciones que no aparecían en su versión original.
“Es un disco muy especial para mí, no sólo porque es mi único material como solista sino porque es muy diferente a toda mi discografía. Es casi 100 por ciento instrumental, con piezas hechas para que la guitarra fuera la voz cantante”, dijo Juan Manuel Aguilera a El Sol de México.
Sin que esto haya significado una vista nostálgica al pasado, Aguilera detalló que el contenido del disco físico, cuyo material es de un atractivo color naranja, mantiene el repertorio original. Éste fue pensado como la banda sonora de “una película inexistente”, en la que se conjugan varios géneros cinematográficos, por el interés que el músico tiene por la relación que ha podido notar entre compositores y directores, detalla en conferencia.
Como parte de las novedades de esta reedicón, incluye una nueva versión de la pieza Como si fuera tolteca, que presenta cambios sustanciales tanto en su orquestación como en su contenido; así como un arreglo de guitarra inédito, de la pieza Gnossienne No.1, del pianista francés Éric Satie, la cual, Aguilera vio pertinente con el sentido del disco.
“Esta pieza, compuesta hace 100 años, tiene misterio. Satie, en sus piezas tiene elementos orientales a los que se acercó muy bien a pesar de ser francés. Es una composición maravillosa cuyo color yo describiría como ‘azul lavanda’”, explicó el rockero y escritor.
El disco también contiene fotografías inéditas de los tiempos en que se realizó la primera grabación, y presenta un rediseño en la portada que resalta los colores originales del óleo hecho por el pintor y arquitecto Enrique Alcaráz.
ESCUCHAR Y REDESCUBRIR
Tras confesar que no suele volver a escuchar sus discos una vez que se lanzan al mercado, Aguilera mencionó que regresar a estas canciones ha sido una grata experiencia y un buen motivo de autodescubrimiento y sorpresas, entre ellas, el que hubiese logrado sonidos que ahora se pueden producir fácilmente por edición por computadora.
“Me sorprendió que, desde mi perspectiva, no suena como un disco viejo, quizá porque en su momento hicimos cosas que no eran comunes y sí arriesgadas para un disco de esta naturaleza, como usar muchos loops y combinaciones de música electrónica.
“Es un disco que se conserva bastante atemporal, lo cual es un gusto. Sobre las canciones en particular, es curioso ver cómo las tocaba y cómo lo puedo hacer ahora, con mucho más experiencia y solvencia técnica”, asegura el autor de Quémate lento.
JUSTICIA POÉTICA
Sobre el afán de presentar este disco en vinilo, Aguilera explica que él pertenece a una generación de músicos que fueron educados auditivamente con este tipo de formatos, por lo que siempre escucha música así, la cual es una relación que, cree, debe ser cada vez más valorada.
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Ante los cambios en el mercado musical, que sufrió mutaciones aceleradas con la pandemia y el avance de tecnologías y plataformas de streaming, Aguilera mira en el vinilo un gran símbolo: “El hecho de que el vinilo exista tiene una connotación interesante y muy válida para mí, porque es como si calmara la prepotencia de la tecnología. Vivimos en un mundo dominado por ella, que nos dice que lo nuevo es lo mejor, la tecnología siempre tiende a plantearse como la cosa más chingona, pero creo que hay una especie de justicia poética en que haya reaparecido este formato y haya logrado coexistir”, afirmó.
Yendo al cine solo, se presentará con dos conciertos, el 31 de marzo y el 1 de abril, en El Club del Rock & Roll, casa productora encargada de esta reedición.
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