La puesta en escena “Los hijos también lloran” hizo su parada en nuestra ciudad este miércoles, con dos funciones que tuvieron muy buena entrada, en el escenario del Teatro Diana, para compartir al público tapatío, una noche en donde se demostró que el amor entre padres e hijos, es eterno.

La actuación de Ludwika Paleta y Andrés Zuno en los roles estelares, fueron atenuando cada parte de la trama, que fue aún más emotiva pues la dramaturgia del montaje es del propio Zuno, a manera de autobiografía, compartiendo detalles que fueron narrados con gran sensibilidad, llegando al público que en momentos se vieron con ojos anegados, o sonrisas nostálgicas.

A través de anécdotas, telenovelas y canciones que definieron su infancia, reconstruye el pasado familiar en donde la ausencia paterna marca el destino de ambos personajes. El descubrimiento de la verdad, que no ha sido del todo descubierta por tratar de no lastimar o de olvidar, pone a flor de piel los sentimientos de madre e hijo.

La obra muestra de una manera muy especial, la inquebrantable relación que todo hijo tiene con su madre y cómo, pese al paso del tiempo, la figura materna siempre será fundamental en el desarrollo de todos. Al final, el público tapatío les brindó una efusiva y prolongada ovación.