Tocó las fibras más sensibles de todos los presentes, en momentos donde prevalecía el humor, las risas, pero también la reflexión, el dolor y las lágrimas. El actor y comediante Sergio Ochoa se presentó con la obra de teatro “El Cuidador” o también titulada “Mamá las llaves del coche no van en el refri” en la sala de cámara del PALCCO, que trata de la enfermedad de Alzheimer que le fue diagnosticada a su mamá, la actriz y comediante, Leonorilda Ochoa.
En un momento de la obra, le habla a una señora presente y le dijo “de verdad no vas hacer nada, te puedes sentar y ser mi mamá, sólo vas a escuchar lo que quiero decirle”, para esto la escenografía era una silla de baño, la bata de su mamá y comienza a decir y llorar: ¡mamá te quiero mucho!, te extraño, me haces mucha falta, me dejaste muchas cosas bonitas, siempre voy a aprender de ti, fuiste mi ídola, te quiero abrazar”, la señora se conectó con él e hizo empatía y empezó a llorar y llorar.
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Dijo que le han dicho que por el antecedente de Alzheimer de su mamá, él debe hacerse el examen porque puede heredar la enfermedad, “pero les digo algo, ¡tengo miedo, no lo quiero hacer!, por eso también se muere la gente por miedo”.
Sergio Ochoa, plasma su experiencia como familiar, principalmente como hijo de una persona con Alzheimer que es una enfermedad progresiva.
A través del monologo que él escribió, canta las canciones que cantaba su mamá. Fue tocando las diferentes áreas desde que le dijeron el diagnóstico, pero desde antes que se lo dieran, como empezaban sus olvidos, decía que una vez fue al dentista, y se perdió en el estacionamiento ya no encontraba su automóvil, “yo era muy apegado a mi mamá y cuando ella tenía un problema como esa ocasión, me llamó, me decía Güerito y me dijo Güerito discúlpame , yo notaba a mi mamá que para ella era muy pesado, y decirme otra vez olvidé algo y yo reconozco que al principio no la comprendí fui un ojete”.
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En momentos de la obra te hacía reír al expresar la problemática con humor, con respeto y de reírte pasabas a reflexionar sobre el problema y luego como que te hacía tocar las fibras más sensibles del corazón.
El actor hace una catarsis de la situación que vivió con su madre, de sus culpas, de no tener el conocimiento de lo que para su mamá significaba, y tocó los temas como los amigos y familia empezaron a abandonar a su mamá, hizo una crítica a la también comediante Lucila Mariscal “Doña Lencha” que fue una “amiga súper falsa” y la personificó criticándola.
También se refirió al aspecto médico, como el doctor en una ocasión le dijo a su mamá “¿oye Leonorilda sí sabes a que huele esto (plátano)? y le respondió ¡a naranja!, y yo pensé como se le pudo olvidar a que huele un plátano si está en una lonchera, te la dan de papilla o en licuado”.
Habló de cuando su papá se separó de su mamá, de cómo se burlaban de él, le hacían bullying por lo chaparrito. Al final dice: “mama perdóname, por no haberte sabido comprender, la gente no sabe que entre tu mirada perdida de ti, en tu corazón, tu sabías lo que te estábamos preguntando y te estábamos diciendo pero nosotros no podíamos comprender” y empezó a llorar, y dice ya no puedo con esto”.
Por otro lado se encuentra "Todos somos Chelita" de Trino Monero, quien quiso reflejar a uno de sus personajes de la serie "Fábulas de policías y ladrones"; así como "Brillo de Ausencia" de César Aréchiga, una obra realizada en hoja de oro y negro policromado, con goteos escurridos reflejando el fundido del oro.