Cuando estudiaron música en Berklee, e incluso desde mucho antes, Gigi Ojeda y David Leal sabían que querían hacer algo diferente. Puertorriqueños al fin, crecieron entre la fiebre del reguetón. Su objetivo, sin embargo, no era ser un grupo más del género urbano. Y definitivamente Domino Saints no es como cualquiera...
“Al principio nos criticaron y nos dijeron que el pop y el urbano nunca se iban a mezclar”, dice en entrevista Gigi, quien junto con David forma parte de este dúo que ha llevado al reguetón a terrenos poco explorados. Un lugar donde juegan en la misma cancha el afrobeat que el house, el dancehall que el pop.
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Los dos aseguran que están más enfocados en la música que en los números. En tiempos de Instagram, donde el talento se confunde con likes, ellos optan por el trabajo arduo. O en sus palabras: “el poder de una buena canción”.
David insiste en que, cuando comenzaron su carrera en 2012, muchos criticaron su música. E incluso ahora no se sienten tan unidos a su gremio. Ellos se niegan a seguir una sola corriente. Les gusta “de repente meter un merengue urbano, no sólo el dembow y el mismo dembow”. También han jugado con el house, el trap, el hip hop, la salsa… Algo que no ha caído bien en todos los círculos del urbano, que hoy es la música más escuchada del mundo, según el último recuento de Nielsen Music.
“(El gremio del género urbano) nunca ha sido unido. Todo lo hemos tenido que lograr por nosotros mismos, muchos no nos han dado la oportunidad porque somos diferentes”, acusa David. “(Las grandes disqueras) no le han dado oportunidad a otros artistas a menos que tengan un gigante financiero detrás”, secunda Gigi.
Basta escuchar BUYA—su gran éxito que se internacionalizó gracias a que forma parte del soundtrack del videojuego FIFA 2021— para saber que Domino Saints es un grupo que pretende llevar lo latino a un sitio más cosmopolita, donde los ritmos caribeños tienen matices diferentes a los que usualmente se escuchan en el género.
En su nuevo sencillo, Dancefreak, exploran una estética muy glam que no suele ser tan frecuente en la escena urbana. Se trata de una canción que apela más al electropop que al reguetón y que ya está en todas las plataformas de música por streaming.
“Fue una canción que surgió en la cuarentena. Empezamos a escribir bastante, queríamos hacer algo bien diferente no sólo en lo musical sino en lo visual. Quisimos juntar la música y el fashion”, explica David.
El objetivo de Domino Saints es hacer música bailable, pero no con la fórmula preconcebida que impera en la industria desde hace al menos 20 años. “Nos preguntamos por qué no podíamos usar el afrobeat o el dancehall, algo que tuviese muchos cambios. Esa fue precisamente la fusión que decidimos concebir como Domino Saints”, dice él.
Ella, Gigi, no cree mucho en la fama. Y aunque se mueve bien en las redes sociales, sabe que son efímeras. “Me pueden seguir porque soy lindo o linda, pero la belleza es pasajera. Yo quisiera tener una carrera para seguir cantando como Aretha Franklin hasta el día en que me muera”, afirma. “La pregunta que todos debemos hacernos es: ¿tú música será pasajera o la seguirás cantando cuando tengas 80 años? La importancia radica en hacer música que trascienda, no hacer música de cinco minutos. En esta época no estamos haciendo canciones que trasciendan. Tenemos que volver a los clásicos, a la buena palabrería, a la buena composición”.
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