Una de las industrias que no han parado durante los casi 10 meses que lleva la pandemia, es la de la alimentación, sin embargo, ni los productores de alimentos procesados tuvieron un buen 2020 y esperan este año que comienza mejorar sus ventas.
A decir del presidente de la Cámara de la Industria Alimenticia de Jalisco (CIAJ), Sergio Barragán, el 2019 lo cerraron con un crecimiento cercano al 4% y el 2020 con alrededor del 2%, debido al confinamiento y el impacto que tuvo en las ventas de algunos productos.
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“Muchos productores tuvimos mucha cautela con nuestros inventarios, con la parte financiera, con la parte de gastos y fuimos reduciendo y haciendo la producción de acuerdo como iba demandando el mercado y cuando vino el cierre bajó, pero a medida que fueron abriendo, fue recuperándose”.
Sus exportaciones también se vieron afectadas, pues productos con valor agregado, como el huevo en polvo que se produce principalmente en la Región Altos de Jalisco, extractos de ciertas plantas o frutos, o el aceite de aguacate, al sur del estado, bajaron, “depende a dónde se estaba mandando” y lo mismo sucedió con la importación de materia prima, porque la economía en China se paralizó a principios de año y eso impactó en los costos.
“El 52% (de los miembros de la CIAJ) creció, pero el 48% decreció, dependiendo del canal al que estamos vendiendo, por ejemplo una panadería de barrio bajó como 18% cuando estaba el confinamiento, pero se ha ido recuperando, en cambio quien vendía en tiendas bajó como 25% y quienes venden pan a hoteles, restaurantes o cafeterías bajaron hasta un 80%”.
Una situación similar presentó la confitería, porque al suspenderse las clases dejaron de venderse dulces en escuelas, cines y otros espacios de concentración infantil, en tanto que al suspender todo tipo de eventos y celebraciones sociales, la confitería igualmente dejó de venderse para mesas de dulces, bolos y piñatas.