Todo un trabajo maratónico implica poder realizar una elección constitucional ya que detrás de los resultados finales hay un esfuerzo previo por revisar miles de documentos y requerimientos para que los ganadores de la elección puedan asumir el cargo
Es así que este proceso electoral ha sido considerado como el más grande de la historia de Jalisco, no sólo por el número de cargos que hay en contienda y que asciende a mil 520 sólo en la parte local, sino por la cantidad de personas que pueden votar en estos comicios y que asciende a seis millones 619 mil 341 jaliscienses registrados en el padrón electoral y que acudirán a 10 mil 863 casillas que se prevé instalar.
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Salvo las cinco casillas que no se podrán instalar en el municipio de Jilotlán de los Dolores debido a que los presidentes de mesa de casilla renunciaron y rechazaron recibir el material al considerar que no había condiciones para realizar la votación.
Es la primera vez que concurren elecciones federales y locales en las 32 entidades de México moderno. Jalisco es una de las que tiene elecciones completas, es decir en la que se incluye la de gobernador.
El IEPC registró a siete mil 190 candidaturas que representan a siete partidos políticos nacionales, dos locales y dos coaliciones, y los partidos recibieron 235.6 millones de pesos de financiamiento para la obtención del voto y que son adicionales a los más de 400 millones para sus actividades ordinarias.
A lo largo de las campañas las candidaturas y partidos tuvieron un total de dos mil 695 promocionales que se transmitieron en cada una de las estaciones de radio y canal de televisión que se escuchan y ven en Jalisco, para difundir su mensaje electoral.
También se tuvo el registro de candidaturas en paridad sustantiva y para personas de cinco grupos históricamente excluidos de la representación política y que supuso la revisión de más de 62 mil documentos y la realización de cerca de cinco mil requerimientos.
En esta elección se “estrena” la reforma electoral en materia de inclusión y para la postulación de candidaturas en paridad sustantiva, para que mujeres y hombres fueran postulados no sólo en mismo número, sino también en las mismas condiciones de competencia política.
Además de los conocidos bloques de competitividad, en Jalisco se impuso un bloque de población y competitividad que, en los hechos a través del cual obliga a postular mujeres en los municipios más poblados y más competitivos de cada partido político y coalición.