La escultura inspirada en el poema “Los motivos del lobo” del escritor Rubén Darío fue develada para el gusto de tapatíos y turistas que recorren el centro de la ciudad.
Se ubica en el jardín del templo de San Francisco y su nombre es “Paz, hermano lobo”, pensando en que se convierta en una semilla para que surja entre los jaliscienses una cultura de paz y muestra al santo conocido por su amor hacia los animales y a un lobo.
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Fue hecha por de la escultora nicaragüense, María Mercedes César Bernard, mejor conocida como “Maruca Gómez” y está elaborada en bronce con una base de mármol.
“Grabamos el poema en la base de la escultura para que al leerlo reconozcamos la verdadera naturaleza del hombre, ante la cual la única respuesta son las palabras del santo ‘Paz, hermano lobo”, dijo Alejandro Gómez César, hijo de la artista que hizo la escultura.
Afirmó que la paz en México se construirá en la medida que veamos en el otro a un hermano “a un semejante, a quien lejos de considerar un enemigo, le deseamos lo que quisiéramos para nosotros mismos”.
Luego de la develación leyeron el poema “Los motivos del lobo” escrito en 1913, donde se narra el encuentro entre un lobo salvaje y San Francisco de Asís, célebre por su relación entrañable con la naturaleza y con los animales.
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En dicho encuentro el lobo escucha las razones del santo, quien negocia con el animal su pacificación a cambio de ser alimentado regularmente por los aldeanos y el pacto se sella, convirtiendo a la fiera en una dócil mascota.
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Esta instalación sucede en el marco de los 500 años del arribo de los primeros franciscanos al continente americano, para establecer en Texcoco la primera escuela de artes y oficios.