Viajar en transporte público cada día es una experiencia, algunas peores o mejores, pero sin duda son aventuras que retan a la paciencia y a lo imposible.
Desde los vendedores ambulantes hasta los momentos más incomodos y frustrantes.
Te recomendamos:
Si nunca has vivido la experiencia de viajar en transporte publico, esta es la señal que estabas esperando.
Estas son algunas experiencias que los tapatíos viven día a día:
- Hacer filas largas para esperar el camión... o sin filas
- Peleas por un asiento
- Que el camión no de la parada
- Correr para alcanzar al camión
- Despertar al que va dormido para poder bajarte
- Gritar "bajan" porque el timbre no funciona
- Guerra de música con bocinas
- Antro con luz y sonido del camión
- Conciertos privados con cantantes ambulantes
- Comprar el antojito durante el viaje con los mejores vendedores de la ciudad
- Vivir un amor a primera vista
- Esperar a que el chofer compre su refresco
- Convertirse en el cajero designado
- Recordar de vez en rato a la mamá del chofer
- Escuchar/leer conversaciones
- Acoso
- Modo sardina
Personalidades del transporte público:
- El dormilón
- El que se hace dormido para no ceder el asiento
- La señora que no se calla
- El niño llorando
- Los enamorados
- La novia del chofer
- El vendedor ambulante
- Los músicos
- El que se queja de todo
- La/el que pregunta ¿cuánto es?
- El que va comiendo
- Los estudiosos
- El mandilón
- Los acosadores
- El de los olores raros
Sin duda estas experiencias carecen de atractivo, pero se puede correr con la suerte de que algún día de la semana nada de esto ocurra... o no.