La muerte es algo para lo que pocas veces estamos preparados, incluso sabiendo que tarde o temprano llegará. No importa el sexo, religión, clase social, y ni siquiera la edad.
Se habla acerca de que los velorios y los entierros van dedicados a los vivos y no a los muertos, esto porque a los que permancemos nos cuesta tanto soltar. ¿Será esta la razón por la que a las personas se les tomaba fotos después de muertos?
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Hoy en día puede que parezca un poco descabellada la idea, pero la verdad es que aun hay personas que toman videos y fotografías durante el funeral, e incluso en la inhumanación. Sobre todo por el auge de las redes sociales.
¿Cómo surge la fotografía post mortem?
A mediados del siglo XIX en París se dio origen a esta práctica. Posteriormente se adoptó esta idea en Europa, hasta finalmente llegar a México.
Se dice que la razón por la que se hacían estas fotografías era con la idea de recordar y honrar a los que partían del mundo terrenal.
Cabe destacar que la esperanza de vida era de 40 años, ya que en aquel entonces ocurrieron diversas epidemias de enfermedades como el colera, fiebre escarlata, la difteria, sarampión, etcétera.
¿Cómo eran estas fotografías?
Si el fotógrafo contratado tenía la fortuna de tomar el cadáver con los ojos abiertos, se dice que ni si quiera parecía que ese cuerpo estuviera ya sin vida.
Se acostumbraba tomar fotos de los difuntos, ya fuera solos o acompañados por la familia o algunos de sus miembros.
Algunos de estos retratos se hacían con la finalidad de que no se notará que la persona fallecida estaba en esa situación, en algunas otras se pedía al fotógrafo que diera la impresión de que el familiar muerto simplemente estuviera dormido o dormida, y en otras familias no trabajaban por ocultarlo, simplemente los tomaban con los ojos cerrados, ropa de difunto y en su féretro.
Fotografías de angelitos
La fotos más comunes eran las de los niños, pues los decesos de ellos eran más.
Las fotografías de los niños eran conocidas como "de angelitos" precisamente por su temprana partida. Cuando se trataba de bebés, eran retratados en sus carriolas y solían ser tomados con sus juguetes.
Fotógrafo de la muerte: Juan de Dios Machain
Juan de Dios Machain fue uno de los fotógrafos dedicados a este arte.
Puesto que nació en Guadalajara, muchos de sus retratos fueron tomados en Jalisco; sin embargo, Oaxaca también fue uno de los lugares que más visitó para realizar su trabajo.
Viajó por todo el territorio mexicano y recopiló más de 100 fotografías de angelitos.
Dato curioso
- Había ocasiones en las que la familia quería guardar el recuerdo de la persona como si aun estuviera viva, pero no siempre era posible abrir los ojos al cuerpo, por lo que estos les eran pintados sobre la fotografía.