Navidad cada vez está más cerca y con ella las planeaciones de posadas donde se contemplan algunos gastos como la cena, la decoración y la piñata. La tradición de golpear la piñata viene desde muchos años atrás, sin embargo, esta celebración pudiera verse afectada por el incremento en su precio, resultado de la inflación.
Las piñatas con un elemento importante en las fiestas y fabricado de manera artesanal, este año la inflación ha afectado los materiales que se emplean en su fabricación lo que se traduce en un incremento del 30% en su costo.
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El año pasado comprar una piñata costaba en promedio 43 pesos, este 2023 el precio de una piñata oscila los 57 pesos.
Las personas que se dedican en esta temporada decembrina a fabricar piñatas han compartido que la inflación limita su producción: "Han subido bastante los precios y eso nos detiene para hacer un poquito más de producción, casi subió un 60%, lo que más ha subido es el periódico, el caple, la escarcha es la que está por los cielos".
Los artesanos que elaboran piñatas han pasado por situaciones críticas a partir de la pandemia por Covid-19, ya que disminuyeron considerablemente sus ventas. Este año se ha observado cómo algunos negocios regresaron a la normalidad, sin embargo, la inflación representa una amenaza en sus ventas de este fin de año.
Piñatas navideñas
Aún con los incrementos de precios, los artesanos ya comenzaron con la fabricación de las piñatas tradicionales para estas fechas decembrinas:
“Lo que regularmente piden las personas son las estrellas muy tradicionales de siete picos, otras de cinco picos pero con pétalos como una flor, renos navideños, Santa Claus, monos de nieve, hacemos entre 10 y 15 al día, dependiendo del modelo”, explicó uno de los artesanos.
¿Cuál es el origen de la piñata?
Existe dos versiones sobre el origen de las piñatas, la primera se remonta en la antigua China, en específico en Los viajes de Marco Polo, donde se describe que un mercader observó en un viaje que hizo por Asia cómo se rompía una figura de buey que estaba relleno de semillas para celebrar el Año Nuevo Chino, a partir de ahí fue que esta tradición se esparció por el mundo bajo un nuevo significado.
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La segunda versión tiene su origen en la civilización maya, donde se practicaba un juego que consistía en colgar una olla de barro llena de cacao y golpearla con los ojos cerrados hasta romperla. Con la llegada de los conquistadores españoles esta tradición perduró solo que el significado fue modificado por los evangelizadores a favor de la religión.