"Porque no quiero madrugar", "porque no quiero trabajar", "porque tengo sueño"; o por cualquiera que sea el motivo que te dices y les dices a los demás; el lunes es famoso por ser odiado.
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Seguramente nunca te habías puesto a pensar en que la culpa es del fin de semena, por eso, hoy te traemos un par de razones por las que este día resulta tan agobiante para una gran mayoría.
Somos más propensos a enfermermarnos en lunes
A través de un estudio realizado en Estados unidos, se comprobó que los lunes son los días en que más infartos y accidentes cerebrovasculares se registran; esto debido a que en este día, las personas suelen tener una presión sanguínea más elevada.
El poco descanso, el exceso en sustancias nocivas, y una vida sedentaria son factores que pueden contribuir a tener una mala calidad en nuestra salud.
Los lunes regresan los problemas
No es que los problemas surjan los lunes como por arte de magia, sino que, al haber pasado el fin de semana, días de relajación; las situaciones de la semana resultan más agobiantes de lo que en realidad pudieran ser.
La gente no está preparada para hacerle frente a los problemas del lunes, y mucho tampoco lo están para el martes, miércoles, etc.
Vivir en un eterno fin de semana sería el sueño de muchos.
Alterar los horarios de sueño
Hay quienes tienen la creencia de que el sueño se recupera, pero no es así. Ni el sueño se recupera durmiendo más el fin de semana, ni las neuronas que murieron por falta de sueño, reviven.
La educación en el sueño no es la mejor, por eso es que el descanso no es óptimo, lo dejamos siempre para después y las consecuencias ocurren cuando tratamos de recuperarnos de una semana agotadora en las que dormimos menos de las horas que deberíamos.
El hábito de dormir mucho el fin de semana ocasiona que cueste más trabajo despertar temprano ¡el lunes!
Monotonía
Todos deseamos que llegue el fin de semana para por fin poder hacer las cosas que nos gustan: salir de fiesta, visitar a los amigos o a la familia, ir al spa, arreglarnos las uñas, noche de mascarillas, salidas al cine, y de más; por todas esas actividades que hacemos en el fin de semana, el lunes, al regresar a las actividades diarias, el cuerpo y la mente están sumamente cansados.
Además, regresar a la monótona realidad tras horas de haberla pasado bien y en plena relajación, no es nada fácil.
El lunes, al ser el primer día de la semana, es elejido para inicar la dieta, la vida fitness, para comenzar a ahorrar y otros variados propósitos, por eso es que para muchos se convierte en algo indeseable, sin embargo; ¡No es su culpa!
La comodidad del fin de semana es lo que hace que nos cueste tanto levantarnos el lunes a trabajar, estudiar o despertarnos simplemente. Cuando sientas que comienzas a odiar el lunes, recuerda que el culpable es el fin de semana.