El deseo de todos los padres para sus hijos es la felicidad, pero en ocasiones esa idea se va muy lejos, con cosas materiales y momentos para el futuro.
La felicidad del niño cuenta a partir del día uno, y no tienen que ser grandes cosas, a veces los pequeños momentos son los que se van a quedar grabados por siempre.
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Estos son algunos ejemplos que demuestran que un niño es feliz.
Es muy ruidoso
Esta es una de las cosas que más les desagrada a los papás, pero no debería molestar, al contrario, pues es indicativo de que es feliz, pues un niño que no lo es, no hace ruido y todo el tiempo está quieto. Eso sí es preocupante. Inlcuso, hay papás que aseguran que si escuchan silencio donde estan sus hijos, es porque algo va mal.
Siempre busca llamar tu atención
Para los niños, su mundo se reduce a mamá y papá, por ello no es sorpresa que todo el tiempo quieran impresionarte, o buscar la manera en que te fijes en ellos.
Algunos papás cometen el error de verlos solamente cuando se portan mal y hay que castigarlos, por lo que ellos podrán entender que siendo "malos" son visibles, y comenzarán a atraer la atención de esa manera. Por eso, despegar la mirada de la pantalla, dejar el libro, o detenerte unos segundos antes de ir a trabajar, sí es importante.
No habla !Grita!
Todavía no comprenden y ni les importa modular el sonido de su voz, y esto es porque se enfocan más en lo QUE te quieren decir, que en el CÓMO.
Quizá parece que gritan todo el tiempo, pero es que la emoción es parte de ellos, pues a diferencia de la mayoría de los adultos, siguen teniendo la capacidad de asombro.
Quiere que lo abraces TODO el tiempo
Con esto, sobre todo las mamás deben sentir que no tienen tiempo para nada, pero es una señal de que tu hijo se siente tranquilo, en paz y a salvo en tus brazos. Simplemente, es feliz porque tú existes.
Corre por todos lados
Aunque parezca un fastidio, y en ocasiones no se quede quieto o quieta, sin impoprtar el lugar en donde estén, la realidad es que esta es solo una señal más de que desborda felicidad, pues es un niño que explora el mundo.
No quieren caminar, pues les resulta aburrido; ellos quieren correr, saltar, andar en bicicleta, y casi hasta volar. No nos sorprenda si es un niño el qué descubre cómo hacerlo.
Hace berrinches
Lo peor de lo peor para los padres, pues ocurren en cualquier momento, en cualquier lugar y por cualquier cosa.
Para algunos adultos esto es motivo de enojo, dolor de cabeza, verguenza y castigos, pues tenemos la idea de que es un mal comportamiento de los hijos, cuando no es así.
Los pequeños aun no tienen la capacidad de entender sus emociones y de expresarlas de la manera correcta, por ello, es importante guiarlos a través de ese camino. Muchas veces, como personas mayores tampoco tenemos este autocontrol.
En ese momento el mejor aliado es el amor, y entender que ellos deben sentirse amados y comprendidos todo el tiempo.
También demuestra que son felices con los papás que tienen y el círculo en donde se desenvuelven, pues sienten la libertad de hacer estos "shows".
Lo que más escuchas de él o ella "¿Y por qué...?"
Fastidioso algunas veces, sobre todo cuando a la cadenita de "por qué" ya no le tenemos respuesta. Podemos quedarnos en blanco y nos cuesta trabajo admitir el "no sé".
La razón de esto se debe a que están en desarrollo, aprendiendo todo el tiempo. Dos razones de las que ya habíamos hablado: capacidad de asombro y exploración.
No te irrites e intenta responder a todo, su curiosidad es grande y piensa que eres la persona más sabia del mundo. No siempre va a ser así, aprovecha y disfruta el momento.