Es bien sabido que muchas de las frutas y verduras que consumimos en mercados y supermercados son el resultado de cultivos masivos donde los agricultores aplican pesticidas para deshacerse de las plagas. Estos productos no solo matan insectos sino que liberan sustancias químicas que se adhieren a los alimentos y lavarlos no es suficiente.
Tener un huerto propio nos da la seguridad de que tus alimentos están libres de sustancias dañinas, además es una experiencia muy satisfactoria cocinar con las frutas y vegetales que tú mismo cultivaste y cuidaste hasta su recolección. Y lo mejor de todo es que no necesitas un jardín espacioso para comenzar tu propio huerto.
Te recomendamos:
Te presentamos siete pasos que te ayudarán a comenzar con tu huerto propio:
Busca el sol
Analiza en qué espacio de tu casa o departamento toca el sol, párate en el lugar exacto donde quieres instalar tu huerto y desde esa ubicación mira al cielo, si ves el sol entonces encontraste el lugar perfecto para tus cultivos.
Lo ideal es que el espacio que seleccionaste tenga seis horas de luz solar, pues para muchos vegetales es importante recibir el calor de los rayos del sol.
Advertencia: Si la zona que elegiste recibe de manera directa el sol por más del tiempo recomendado se corre el riesgo de que las hojas de las plantas sufran quemaduras.
Elige macetas con huecos y profundas
Al momento de buscar macetas para cultivar, verifica que tengan agujeros donde pueda escurrir el agua, de otra manera quedará estancada. Aunque no todas las plantas tienen raíces similares, la mayoría de los frutos se pueden dar en macetas que tengan entre siete y quince centímetros de profundidad.
Escoge bien la tierra
La tierra es el elemento que aporta los nutrientes a nuestras plantas, por lo tanto debemos tomar en cuenta algunos aspectos. Los expertos recomiendan incluir en la tierra diferentes tipos de abonos y revisar que ésta sea esponjosa para que el oxígeno pueda colarse sutilmente sin afectar la humedad del cultivo.
Decide si vas a plantar con semillas o brotes
Para aquellas personas que quieren ver resultados pronto se les aconseja sembrar brotes de plantas. Se debe tomar en cuenta que esto no funciona con todos los vegetales, por ejemplo con la zanahoria y el nabo.
Lo más importante al momento de sembrar con brotes es cuidar que las raíces no se maltraten mientras las colocas en la tierra. Al final lo único que debes hacer es presionar con delicadeza la tierra alrededor de la planta y regar.
Mide la cantidad de agua
Se habla muy poco sobre la forma adecuada de regar las plantas. Existe una gran diversidad de frutas y vegetales que varían en colores, texturas y también en su forma de ser regadas. Algunas plantas necesitan que sus hojas sean rociadas con agua mientras que otras precisan de recibir el agua por sus raíces.
El clima es otro factor que afecta el riego de las plantas, dependiendo de la época del año los frutos y vegetales varían sus niveles de humedad y debemos prestar atención a las necesidades de nuestros cultivos.
No basta el agua
Al iniciar con tu huerto propio, algo que no puede faltar es un fertilizante balanceado para alimentar tus plantas.
A estos fertilizantes también se les llama abonos NPK porque contienen nitrógeno, fósforo y potasio.
Identifica los visitantes
Donde hay plantas ten por seguro que habrá visitas de insectos, no te alarmes, no todos son una amenaza ni van a acabar con tu cosecha.
Lo más importante es identificar aquellos que serán un peligro, por ejemplo, los pulgones. Las catarinas, en cambio son amigables con las plantas y se alimentan de pulgones, lo que las vuelve en insecticidas naturales.