El cierre de un año siempre abre espacio a la reflexión y al análisis, es una gran oportunidad para identificar qué metas sí lograste y en cuáles otras falta trabajar. A veces la culpa no recae totalmente en nosotros sino en la forma en que estructuramos nuestros propósitos.
Antes que llegue 2023 es buena idea replantearse los objetivos y pensar en cosas más aterrizadas que sean posibles de alcanzar. Muchos de nosotros confundimos propósitos con pedir deseos, lo cierto es que la lista de propósitos se compone de actividades y metas que nos permitirán mejorar como persona y superarnos. También es importante confiar en el proceso y tener paciencia.
Te recomendamos:
Divide en pequeñas metas
Cuando se establecen objetivos demasiado ambiciosos o muchas metas en un año existe una gran posibilidad de fracasar. Un truco para cumplir tus propósitos en enfocarte en un gran objetivo y dividirlo en pequeñas metas que te ayuden a lograrlo, pues cuánto más cortos sean los peldaños más fácil será subir la escalera.
No cumplas expectativas ajenas
Rosario Linares, psicóloga y psicoterapeuta, expone que una de las razones por las que fracasamos en los propósitos se debe a que nos ponemos como objetivos “metas que todo el mundo se pone” y que realmente no tienen un significado valioso para nosotros. Tal es el caso de las personas que se proponen ir al gimnasio cuando ni siquiera les llama la atención, lo ideal sería buscar una actividad física que se adapte a nuestros gustos y personalidad.
Que sea disfrutable de realizar
Es bien sabido que un factor clave para ser constantes en nuestras metas es que disfrutemos el proceso, esto se logra aplaudiendo nuestros pequeños logros y buscando formas innovadoras y divertidas que nos hagan pasarla bien mientras estamos trabajando en nuestros nuevos hábitos.
Comparte tus objetivos
Seguro has observado que las personas que van a hacer ejercicio juntas o que se inscriben a un taller con amigos, son las que generalmente concluyen el taller o se vuelven constantes con el ejercicio. El apoyo social funciona como un gran empuje para lograr nuestros objetivos, si quieres tener más probabilidades de lograr tus metas, comparte tus propósitos con tu círculo cercano y mantenlos informados sobre tus avances.
No al autosabotaje
Cada meta implica que salgamos un poco o mucho de nuestra zona de confort, que transformemos nuestra vida para darle entrada a nuevas experiencias que nos ayudarán a crecer y a convertirnos en la persona que queremos ser. Pensar en el cambio puede infundir temor, por eso muchas personas terminan aplazando sus metas y es hasta fin de año que caen en cuenta de que no lograron ese objetivo.
Un error no es fracasar
Si te propusiste este año comer más saludable y todo iba bien hasta que una semana se te atravesaron varias fiestas donde comiste de todo menos ensalada y pollo cocido, no te preocupes ni creas que ya fracasaste. La perfección es inalcanzable y los errores forman parte de nuestro proceso humano. Cuando queremos cambiar un hábito la repetición es nuestro mejor aliado, si tenemos un error, lo mejor que podemos hacer es analizar el “tropiezo” y continuar con nuestros objetivos.