Jalisco es un estado lleno de historia, cultura, tradiciones, una gastronomía espectacular que conquista al turismo nacional e internacional y por supuesto, con artesanías únicas que inclusive, pueden verse en hogares extranjeros.
Si deseas adquirir artículos únicos no dudes en acudir a Tonalá o Tlaquepaque, en este último podrás encontrar desde galerías de arte que cuentan con magníficas pinturas y esculturas así como fábricas en las que utilizan la técnica del vidrio soplado de la que te compartiremos más detalles.
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Dicha técnica que dicho sea de paso, se ha convertido en una de las más emblemáticas de México ha sido preservada por generaciones y generaciones de talentosos artesanos quienes crean piezas únicas en las que fusionan la modernidad con las raíces culturales de Jalisco.
Vidrio soplado: Su historia
La técnica del vidrio soplado llegó a la Nueva España en el siglo XVI y el primer estado que la adoptó fue Puebla para, posteriormente expandirse a otros rincones del país como la Ciudad de México, Oaxaca y claro, Jalisco.
Odilón Ávalos, quien llegó a Guadalajara en el año 1903 desde Puebla es uno de los pioneros de este arte. Ávalos comenzó su carrera fabricando botellas para los productores de tequila utilizando la técnica del vidrio soplado.
El poblano optó por no solamente fabricar botellas y se dedicó a la creación de piezas decorativas y utilitarias. Asimismo, junto a otros maestros del oficio ayudó a consolidar a Jalisco como un estado referente en la producción de vidrio soplado.
Vidrio soplado ¿En qué consiste esta técnica?
La técnica del vidrio soplado comienza en el momento en el que la arena de sílice o vidrio es fundida en hornos cuya temperatura es bastante alta con el fin de obtener una masa densa y maleable. Posteriormente, el artesano recoge dicha masa utilizando un tubo metálico el cual sopla para crear una burbuja de aire.
Luego de esto toma pinzas y tijeras para darle forma a la pieza deseada que puede ser un jarrón, una figura, joyería e inclusive esferas que podrás colocar en tu árbol navideño. Finalmente, la pieza pasa nuevamente por el horno para adquirir firmeza y resistencia. Este proceso en apariencia sencillo es realmente complicado y solo pueden llevarlo a cabo vidrieros experimentados.
Sin embargo, para conservar dicha tradición los artesanos se han encargado de trasmitírsela a las nuevas generaciones quienes añaden elementos de la cultura mexicana en cada pieza que elaboran, dándole un toque moderno y único a la vez.
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¡Así que ya lo sabes! Si visitas Jalisco no dejes ir a Guadalajara, Tonalá y Tlaquepaque y maravillarte con el trabajo de los artesanos. Es probable que termines llevándote a casa más de una pieza.
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