La enfermedad del riñón es silenciosa con alto grado de que una persona desarrolle insuficiencia renal. Despertar con presión arterial alta, palidez, náusea, vómito y fatiga son algunos de los síntomas que dejamos pasar, que con el tiempo se vuelven una dosis de dolor y angustia.
A este sinuoso caminar se adhiere la anemia e infecciones varias. Un problema de salud pública multifactorial al que debe ir acompañado el paciente de un equipo multidisciplinario en nefrología, nutricionista y psicólogo.
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El lograr tener una detección oportuna es lenta. Primero al ser un padecimiento silencioso el paciente no acude a revisar sus riñones; cuando hay una alerta y se realizan los estudios de creatinina salió con niveles altos, ahí viene la tardanza de la cita con el nefrólogo. En el caso de que un paciente tenga Seguridad Social el resultado es similar la llegada tardía con los especialistas.
María "V"., tras el consumo de varios medicamentos por el tipo de cáncer que tiene, comenzó a salir con niveles altos de creatinina y anemia; aunque era atendida ya en tercer nivel tuvo que regresar al médico familiar para realizar estudios de laboratorio y dar el pase para el nefrólogo.
El médico familiar le diagnosticó insuficiencia renal aguda, estadio 3B con pase para el nefrólogo desde el cuatro de junio, sin embargo por cuestiones tecnológicas y estar cerrado el portal del Hospital Ayala todavía no tiene fecha específica para su oportuna atención médica.
“Cada semana acudo a la unidad médica para ver si hay cita con el nefrólogo, la respuesta de trabajo social primero era que fuera los viernes a las 9 de la mañana fecha y hora en que había sistema para ese especialista; a los 22 días acudo a subdirección, que me hablarían, pero ya pasó el mes y sigo sin tener una cita con el nefrólogo para mi mamá”, platica su hija.
Los síntomas, los estudios de laboratorio y un diagnóstico se van prolongando para que María reciba una atención especial con un nefrólogo del IMSS Jalisco. Piernas hinchadas, aumento de presión arterial, palidez, náusea, vómito, fatiga son algunos de los síntomas que presenta.
De acuerdo con el Registro Norteamericano de Enfermedad Renal Crónica (ERC) y diálisis muestra que en México 13 millones de personas sufren algún grado de daño renal. El médico especialista en nefrología Adrián Rodríguez Matías advirtió que el daño en los riñones es silencioso y progresiva; mantenerlos sanos y preservar su función renal es una labor compartida para mejorar la calidad de vida de las personas.
“Los riñones todos los días se encargan de eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Toxinas las más conocidas la creatinina es una molécula que se obtiene a través de algunos alimentos que consumimos y la genera nuestro músculo por lo tanto llega al riñón, cuando comienza a acumular estas toxinas se identifica la enfermedad renal por el aumento de la creatinina y en la urea”.
A través del examen de orina o química sanguínea se identifica si hay alguna alteración en los riñones, aunque no tenga síntomas. Una vez que hay un diagnóstico hay que estadificar al paciente en uno de los cinco grados, en la última etapa comienza la hemodiálisis al tener síntomas como sueño, cansancio, hinchazón, náuseas, vómito y deterioro en estado general.
“Entre más temprano se inicie un tratamiento aún el paciente tenga o no síntomas, pero tiene alteraciones es mejor empezar oportunamente. La urea empieza a hacer que el paciente tenga poco apetito y más avanzado no tolera los alimentos y los devuelve, anemia estos síntomas nos hacen hincapié en que está avanzando la enfermedad”.
Una persona con hipertensión, diabetes mellitus, obesidad y sobrepeso, una dieta desequilibrada y tabaquismo tiene mayor riesgo de desarrollar insuficiencia renal.
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