No te ha pasado que compras una planta para decorar tu casa, y por unos días luce radiante, pero después se ve apagada. Lo más probable es que necesite abono para recuperar su belleza.
En distintos viveros de tu ciudad puedes adquirirlo, sin embargo, podrías fabricar tu propio abono con residuos de alimentos. Así podrás ahorrar dinero y al mismo tiempo, ayudar al medio ambiente.
Podría interesarte → ¡Lo que no sirve, a la basura! 10 claves para detectar un alimento en mal estado
Las cáscaras de algunos alimentos como frutas, vegetales o proteínas como el huevo sirven para darle vida a las plantas que tenemos en nuestro hogar, y así, además de evitar que estas terminen en la basura, ayudas a que se conviertan en fertilizante o abono orgánico para la tierra.
La mayoría de las veces se cree que las cáscaras orgánicas ya no sirven o no pueden tener un nuevo uso, que ya han cumplido con su función y lo que sigue es simplemente, tirarlas a la basura ¡error! Puedes darles un nuevo uso generando un abono natural y que aportará nutrientes a las plantas, árboles frutales o cultivos.
A parte del abono, debes tomar en cuenta otros aspectos como elegir plantas acordes a tus conocimientos, ya que esto es el punto de partida, investigar sus necesidades ya que algunas no toleran las heladas o los climas cálidos, analizar si las condiciones que le puedes ofrecer son las necesarias, comprobar si un área es adecuada o no para ellas, ya que algunas pueden darse mejor en unos espacios que en otros, prestarles atención y esto no se limita solamente a regarlas, sino a revisar su estado de manera regular, regarlas con la suficiente cantidad de agua, ni mucha ni poca y por último, deberás limpiar sus hojas de manera regular.
¿Con que tipo de residuos puedo elaborar mi propio abono?
- Cáscaras de plátano: Sus cascaras pueden aportar nutrientes a la tierra como potasio y ayudar al crecimiento y desarrollo de los frutos.
- Cáscara de zanahorias o piel de calabacitas: Dichas verduras son ricas en vitaminas y minerales.
- Restos de jitomates: El jitomate contiene minerales como calcio, fósforo, potasio y sodio y las vitaminas que preserva son A, B1, B2, y C. Dichos nutrientes se quedarán en la tierra para fertilizarla.
- Cáscaras de limón: Nitrógeno, fósforo y potasio, son minerales que ofrecen a las plantas del huerto que enriquecerán la composta.
- Cáscaras de cebolla: La cebolla es rica en calcio, hierro, magnesio y cobre, por lo que se puede usar como fertilizante casero.
- Cáscaras de huevo: Son una excelente fuente de calcio para cualquier planta además de mejorar el drenaje de la tierra.
Así que ya lo sabes, a partir de ahora piénsalo dos veces antes de deshacerte de estos residuos orgánicos y opta por darles un segundo uso, como abono para tus árboles y plantas.