Guadalajara además de contar con restaurantes con una gastronomía deliciosa, edificios con una arquitectura imponente e iglesias que han cautivado a turistas nacionales y extranjeros tiene panteones antiguos, en los que están enterrados personajes ilustres y que guardan diversas leyendas que en algunos escépticos han provocado risas y en otros, verdadero pavor en especial cuando acuden a estos camposantos y son testigos de fenómenos paranormales.
En esta ocasión te platicaremos de dos panteones emblemáticos que debes visitar si te encuentras de paso por Guadalajara o si eres de aquí, pero por alguna u otra razón no has tenido el tiempo de acudir a ellos.
Panteones antiguos para visitar en Guadalajara
Panteón de Belén: Este es uno de los camposantos más antiguos y famosos de Guadalajara. Cabe señalar que actualmente es un museo protegido por el INAH y además, es considerada como tesoro Arquitectónico Nacional
Este panteón cuenta con leyendas que se han vuelto famosas como la del pequeño Nachito, quien murió al año de edad y a quien sus padres luego de velarlo, decidieron sepultarlo en este camposanto. Sin embargo, los veladores de este recinto se sorprendían ya que todos los días el ataúd del pequeño estaba fuera de su tumba.
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Al darse cuenta de esto, sus padres recordaron que el niño le temía a la oscuridad y que probablemente por esto no podía descansar bajo tierra y en paz, por lo que optaron por poner la tumba en la superficie. Esta tumba es muy visitada por la gente y suelen dejarle a Nachito dulces o juguetes.
Otra leyenda que ha hecho famoso a este panteón es la del vampiro. Se dice que por el año de 1880 en Guadalajara comenzaron a registrarse hechos extraños en los que se encontraban cuerpos de animales sin que estos tuvieran una gota de sangre, por lo que se comenzó la búsqueda de un ser paranormal que causará esto. Al parecer el responsable, era el conde Valdorrock, un extranjero que venía de Europa y que terminó con una estaca en el corazón, misma que al parecer provocó que creciera un enorme árbol que abraza su tumba.
Panteón de Mezquitán: Durante la década de 1890 el panteón de Mézquitan era un poblado perteneciente a Tonalá, sin embargo debido al crecimiento de Guadalajara la ciudad quedó cercana a este.
Dicho cementerio se convirtió en uno de los más importantes de la ciudad y abrió sus puertas el 02 de noviembre de 1986 debido a la saturación que presentaba el Panteón de Belén. En este camposanto se ubican capillas y mausoleos que captan la atención de los visitantes, así como notables monumentos del arte neoclásico.
El camposanto cuenta con una sección francesa y una alemana. Una de las figuras que está enterrada en la segunda sección mencionada fue Hans Jaacks, en cuya inscripción se lee que nació el 29 de julio de 1861 y murió 31 de octubre de 1896. El renombrado boticario se había establecido en Guadalajara en el año de 1853.
Inclusive, en este recinto se encuentra enterrado don Jesús Flores Arriola quien fuera un empresario originario de Tequila, Jalisco y que contrajo nupcias con una joven costurera llamada Ana. Ambos vivieron en una finca de estilo afrancesado conocida como la Casa de los Perros. Al enfermar de gravedad el hombre le pidió a su esposa que lo sepultará en este camposanto.
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Cuenta la leyenda que con la muerte de don Jesús Flores, el médico que lo atendió difundió un rumor: Aquel que vaya a rezarle un novenario e el Panteón a la media noche, se quedará con las escrituras de la casa de Alcalde.
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¡Así que ya lo sabes! si todavía no conoces estos panteones acude a ellos, y descubre que personajes históricos además de los mencionados anteriormente descansan allí y si las leyendas de ambos son verdaderas, si es que no te da miedo.