El ingeniero civil Jorge Matute Remus hizo historia en Guadalajara por realizar en 1950 una maniobra nunca antes vista que consistía en cambiar de lugar el Edificio de Teléfonos (Telmex) con todo y trabajadores dentro, pues no podían suspenderse los servicios telefónicos.
De acuerdo con testimonios de personas que presenciaron este evento, “No se rompió ni un solo vidrio” durante el desplazamiento del edificio, además, para seguridad de los trabajadores que se encontraban al interior, Matute Remus le pidió a su esposa e hijo que permanecieran dentro de las oficinas también.
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Una de las operadoras de telefonía recuerda cómo fue su experiencia: “Al principio sí teníamos muchos nervios, pero cuando llegó el ingeniero Matute nos explicó muy bien que no había ningún problema y que no se iba a sentir nada. Tenía mucha seguridad en lo que iba a hacer y nos la transmitió”.
La seguridad de Matute Remus
Las personas que conocieron al ingeniero tapatío Matute Remus coinciden en que era un hombre sereno y analítico, durante su proyecto de reubicación del edificio siempre se mostró confiado en sus cálculos y la ciencia, confiaba fríamente en el procedimiento y los resultados.
El primer día del traslado del edificio “No estaba nervioso, ni exaltado. Se levantó temprano como era su costumbre, desayunó y se fue a trabajar igual que los otros días, como si nomás fuera a la oficina”, compartió la esposa del ingeniero Matute Remus en un reportaje.
Sus amplios conocimientos de ingeniería y ciencia fueron la clave para organizar una coreografía de palancas, rieles y concreto que culminaran en la operación que hoy se conmemora con el monumento ubicado en el Centro de Guadalajara, sobre avenida Juárez, esquina con Donato Guerra.
Matute Remus fue un hombre visionario, creativo e ingenioso. Además de su labor como ingeniero, fue un destacado educador y pieza fundamental para la fundación de la Escuela de Arquitectura. Algo que pocos conocen es que mantuvo una prolífica práctica como escritor a lo largo de su vida, publicando textos tanto en periódicos como en revistas.
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¿Cómo logró mover el edificio?
Para desplazar el Edificio Telmex se requirió la ayuda de 12 gatos hidráulicos que se movían al unísono de la cuenta “uno, dos tres”, cada movimiento trasladaba el edificio ocho décimas de milímetro, fue así como en cuatro días se logró desplazar al edificio 12 metros.
Esta hazaña también significó demoler algunas casas vecinas que se encontraban en la que sería la nueva ubicación del edificio.
¿Qué fue lo más difícil de mover el edificio?
En una entrevista que se le realizó a Matute Remus en 1996 se le preguntó qué había sido lo más complicado de mover un edificio, el ingeniero contestó que lo más difícil fue convencer a las señoras, dueñas de la casa donde se encontraba el terreno que ocupa ahora el edificio, para que vendieran su propiedad.
Exposición en el Museo Cabañas
Actualmente, el Museo Cabañas cuenta con la exposición "Ing. Jorge Matute Remus. La ténica al servicio de la ciudad", donde se presenta el carácter multifacético de Matute Remus a través de sus formas de conocer el mundo; su relación con el agua y, en particular, con el Lago de Chapala; el constante diálogo entre arquitectura e ingeniería; y las distintas formas en que compartía sus conocimientos.