Las pitayas son de las frutas preferidas de los tapatíos quienes esperan la llegada de la primavera porque ya saben que enseguida comienza la temporada de pitayas en la ciudad.
Y es que es por estas fechas cuando el exótico fruto se hace presente luego de una larga espera para el disfrute de chicos y grandes, que ya saben que el mejor lugar para encontrar pitayas es en Las Nueve Esquinas, que ya es tradicional.
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Ese emblemático lugar ubicado en el corazón de Guadalajara reúne desde hace muchos años a vendedores y compradores de pitayas ofreciendo una variedad de tamaños y colores, así como algunos otros productos derivados de la pitaya como los panes, el agua fresca, las pulpas, las mermeladas y hasta cajetas de pitaya.
Lorena Huerta Vázquez es una mujer que desde hace treinta años se dedica a vender pitayas y con ansias espera esta temporada pues disfruta de ver cómo sus clientes pelan las pitayas y se las comen a veces antes de pagarlas porque ya se saborean el dulce sabor del fruto.
Las pitayas que vende las trae de Techaluta, un municipio al sur de Jalisco en el que vivió por varios años conocido como la cuna de las pitayas pues ahí se produce la mayor parte de las frutas consumidas en el estado aunque también recibe algunas de Amacueca, otro municipio lleno de pitayeras como se le conoce a las huertas de pitayas.
Son una fruta delicada
Son varios los tipos de pitayas, la más grande y colorada es conocida como “mamey” y se da principalmente en Techaluta y “es más resistente, más grande y más gourmet”, indicó.
Esas se las encargan sobre todo sus clientes que las van a llevar a otras ciudades a quienes les explica que la pitaya es una fruta delicada que debe cuidarse y para eso la protegen con alfalfa, una planta también de la región. “Mientras la alfalfa esté fresca funciona como si fuera un refrigerador, la alfalfa es muy fresca y también amortigua porque le vas poniendo una capa de alfalfa y una capa de pitaya”, expuso la comerciante.
Sus clientes prefieren las pitayas grandes que pueden llegar a costar por pieza hasta 30 pesos cuando inicia la temporada, una cantidad que para muchos resulta elevada pero que de cualquier manera pagan “porque es mucha la espera”, comenta Blanca López una mujer que dos o tres veces por semana durante la temporada de pitayas llega a Las Nueve Esquinas a comprar pitayas para disfrutar con su familia.
Ella dice que al principio compra pocas porque le parece un tanto elevado el precio, pero “para el antojo” al salir del trabajo camina dos cuadras y compra pitayas y conforme va disminuyendo el precio son más las piezas que lleva a casa. “Como toda fruta cuando está escasa como el jitomate o el aguacate sube carísimo cuando hay escasez y al principio la pitaya empieza por 30 pesos pero llega un momento que bajan hasta a un peso o a cinco pesos ya siendo caro”, agregó Lorena.
A decir de ambas cuando las pitayas empiezan a bajar de precio es cuando Las Nueve Esquinas se llenan de clientes porque se hace más accesible para todos los bolsillos.
Feria de la pitaya
Aunque por costumbre de años los tapatíos buscan pitayas en Las Nueve Esquinas, desde hace tres años también en el Barrio de Mexicaltzingo iniciando la temporada se instalan vendedores de la exótica fruta.
En esta ocasión la Feria de la Pitaya está programada del 30 de marzo al 30 de junio en ambos puntos de la ciudad, los dos muy céntricos donde habrá más de un centenar de puestos dedicados a la venta de pitayas y sus derivados así como de guamúchiles, otro fruto muy jalisciense que encanta a quienes lo prueban.
¿Y a ti te gustan las pitayas?