La torta ahogada en Guadalajara: De desconocida a icono de la ciudad

Con el paso de los años y la llegada de nuevas generaciones, la torta ahogada fue ganando popularidad

Aurelio Magaña / El Occidental

  · sábado 7 de septiembre de 2024

Hoy en día, la torta ahogada tiene un costo promedio de 60 pesos. Foto. Gobierno de Guadalajara / Facebook

La torta ahogada, uno de los platillos más emblemáticos de Guadalajara, no siempre tuvo la fama que hoy en día la precede. Durante los años 60 y 70, esta delicia tapatía no era tan conocida, y muchas personas incluso se preguntaban: "¿Qué es una torta?". En aquellos tiempos, el concepto de una torta ahogada —un bolillo crujiente relleno de carnitas y bañado en una salsa de jitomate y chile— era novedoso para muchos, y su popularidad estaba aún en ciernes.

En esos años, la torta ahogada se conformaba de manera sencilla pero deliciosa: un bolillo birote, característico por su corteza dura y su interior suave, era rellenado con carnitas de cerdo y sumergido en una salsa roja, que podía variar en nivel de picante. Se acompañaba con cebolla, limón y, a menudo, una salsa más picante para quienes deseaban un toque adicional. En ese entonces, este platillo costaba alrededor de 3,500 viejos pesos y se servía en un plato de vidrio, manteniendo un toque casero y tradicional.

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Con el paso de los años y la llegada de nuevas generaciones, la torta ahogada fue ganando popularidad y se consolidó como un símbolo de la gastronomía de Guadalajara. De un platillo local y poco conocido, se transformó en una tradición que se ha transmitido de generación en generación, conquistando paladares y convirtiéndose en un platillo típico de la ciudad.

Hoy en día, la torta ahogada tiene un costo promedio de 60 pesos y, en contraste con su presentación inicial, suele servirse en platos de plástico, adaptándose a los tiempos modernos y a las necesidades de los comensales que buscan rapidez y comodidad. A pesar de estos cambios, la esencia del platillo sigue intacta: es un bocado lleno de sabor y tradición que refleja la identidad de Guadalajara.

La evolución de la torta ahogada no solo muestra su adaptación a los tiempos, sino también cómo se ha convertido en un platillo representativo de la cultura y la historia de la ciudad, atrayendo tanto a locales como a turistas que desean experimentar un pedacito de la auténtica gastronomía tapatía.