En los tiempos de la Revolución Mexicana para ingresar a las zonas más pobladas como este caso Guadalajara se imponían multas a quienes no llevaban puesto pantalón.
El objetivo de “pantalonizar” a quienes ingresaban a sitios de mayor concentración fue porque en poblados de alrededor se acostumbraba andar en calzoncillos de manta y de esa manera es como surgieron las sastrerías.
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Visitamos la primera de ellas ubicada en Zapotlanejo, el sitio de encuentro entre quienes desde la Región Altos de Jalisco se trasladaban a la capital de Guadalajara y ahí platicamos con Ramiro Gutiérrez, hijo de don Leopoldo Gutiérrez quien se podría considerar el iniciador de la industria del vestir en la región, pues fue el primero que instaló de manera formal una sastrería.
El hombre amable nos dio un recorrido por su pequeño negocio ubicado en el centro de Zapotlanejo y que casi un siglo después sigue dedicándose a la confección de prendas, la mayoría para varones sean niños o adultos.
“Este negocio lo abrió mi padre Leopoldo Gutiérrez en 1937 aproximadamente pero hasta la fecha todavía se conserva y lo que más se vende es la camisa charra”, explicó Ramiro.
En la Sastrería Gutiérrez por la calle Independencia a unos pasos del templo elaboran camisa charra, pantalón caporal, así como camisa y chamarra campera, sobre todo en tono blanco, hueso o café claro, aunque hay temporadas en que se ponen de moda los tonos azules o tintos. Han atendido a distintas personalidades entre ellas Vicente Fernández, ídolo del pueblo mexicano y cuya música trascendió fronteras, pero también a algunos actores de televisión que varias veces visitaron la sastrería.
Narra que el Charro de Huentitán los visitaba seguido: “Vicente Fernández fue uno de nuestros clientes y también Julio Alemán, aquí venían y son cosas que no se le olvidan a uno, pero aquí está uno al pendiente de atender a quien sea”.
Así como él otros dedicados a la charrería acudían a las sastrerías y tiendas que había y siguen en Zapotlanejo que se ha distinguido y caracterizado por ser la zona del vestir por excelencia y porque la ropa que se fabrica es de calidad y a buen precio.
Las madres de familia iniciaron con bordados
De acuerdo con Carlos Salvador Aquino Cruz, cronista del municipio y apasionado por la historia jalisciense, las madres de familia de la región empezaron a vender bordados a quienes arriba de autobuses a principios del siglo pasado llegaban desde la Ciudad de México a Guadalajara, pues en Zapotlanejo el camión hacía una parada.
Recordó que hace más de cien años imponían multas en Guadalajara a las personas que no llevaban pantalón y ahí les rentaban en las garitas hasta que alguien decidió abrir la primera sastrería y fue la familia Gutiérrez.
“A principios del siglo XX se imponían multas en la ciudad de Guadalajara a todas las personas que iban de fuera y no llevaban pantalón, se les rentaban pantalones en las garitas y el hecho de poner una sastrería de camisa charra, de pantalón caporal y chamarra campera fue una necesidad social para que la gente pudiera llegar a visitar Guadalajara sin tener que comprar esta ropa en la Ciudad de México o en otro lugar”.
Es de esta forma como iniciaron los negocios en esta zona del vestir como se le conoce a Zapotlanejo. Más de la mitad de la población de Zapotlanejo se dedica a la industria del vestir, donde encuentras guayaberas y charazillas yucatecas y trajes charros.
Braceros ayudaron a que la industria del vestido creciera
A decir de oriundos del lugar, la industria del vestir creció en Zapotlanejo porque a principios del siglo pasado con el programa de “Braceros” muchos varones se fueron a trabajar en el campo estadounidense y las mujeres comenzaron a bordar y trabajar las telas en la región. Hoy el municipio goza de buena fama tanto nacional como internacional por las vestimentas que ofrece, pese a la ropa exportada.
