“En todo México siempre hay un chivahermano”, dice una popular canción y por eso a Juan José Jiménez hasta en los poblados más lejanos lo ubican, pues por décadas fue la "Chiva Loca”.
Se le recuerda en la cancha arrastrando una piñata de águila o de zorro, sus acérrimos rivales y también con un rosario o una Virgen, pidiendo compasión cuando el equipo pasa por una mala racha y sobre todo se le recuerda gritando a todo pulmón: “Chivas”, pues los rojiblancos le han dado muchas satisfacciones y le han permitido rodearse de amistades que lo respaldan a lo largo de los años, porque la rivalidad, dice, se queda en la cancha.
¿Cómo comenzó la pasión?
Mi hermano mayor me empezó a llevar al estadio, a la Zona C. Estaba muy chico y volteaba para la cancha y pensaba cuándo podía estar ahí cerca de los jugadores. En aquellos años faltando 15 minutos para acabarse el partido dejaban entrar a la gente gratis y una vez me bajé y vi de cerca a los jugadores y ahí empezó todo el amor. Cada 15 días iba, le pedía a mi papá para el boleto y me iba y ya después me empecé a arrimar con las porras.
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¿Cómo fue que se convirtió en Chiva Loca?
Me regalaron una chivita y se me ocurrió ponerle una playera y un short y llevármela al estadio y toda la gente afuera tomándose la foto. Pedí una chance de foto y me dijeron que me pasara por el túnel hasta el vestidor de las Chivas, iba todo nervioso y cuando iba llegando al vestidor empecé a ver al Yayo de la Torre, a Fernando Quirarte, Demetrio Madero, Sergio Lugo, el Pelón Gutiérrez, el Zully Ledezma y todos se me apilaron viendo a la chivita y me dijeron que los esperara en la cancha.
¿Qué sintió al pisar la cancha del Estadio Jalisco?
En aquellos años se llenaba el Jalisco y cuando pisé el pasto me dijeron que fuera a la media cancha a esperar al equipo. Bajé la chivita que me seguía como perrito y la gente se empezó a reír y ya iba temblando de nervios y cuando estuve a media cancha se me ocurrió levantar la chivita como presentándola y empezó la gente a gritar “Chivas, Chivas” y al poco rato salió el equipo y salí en la foto, en el periódico EL OCCIDENTAL, que fue el primero en el que me sacaron.
¿Por qué decidió llamarse "Chiva Loca"?
-Fue en 1983 y todavía no tenía el mote. Cuando empecé sacaba el águila o el zorro como piñata, salí y aventé la piñata y la empecé a patear como balón hasta la portería y Enrique “Perro” Bermúdez empezó a decir "qué trae la chiva, qué trae la chiva, la chiva anda loca, la chiva loca, loca, loca" .
¿Cómo han sido estas décadas de "Chiva Loca”?
Ha traído alegrías y tristezas. Tristeza cuando en marzo del 2008 previo a un clásico Chivas vs América que era en domingo, me hablaron de las oficinas el jueves, yo ya tenía la piñata del águila y me dijeron "se acabó, el domingo te esperamos a ti y a tu hijo para hacerles un homenaje", pero me la habían planteado bonita y habían dicho que iba a seguir como la Chiva Legendaria y mi hijo con la otra chivita, pero me dijeron adiós y lloré mucho, sentí mucha tristeza, tenía ya casi 25 años ahí. Mucha gente pensó que era un homenaje por la trayectoria.
¿Qué ha pasado a partir de 2008?
Mi hijo fue Chiva Fighter, pero no aguantó, porque el traje estaba muy cerrado, se sentía ahogar y no quiso y empezó la gente a decir que querían que volviera la "Chiva Loca” y en enero de 2009 me hablaron para ver si podía regresar con el Chiva Fighter, me midieron el atuendo, me pusieron a dieta y lo acepté.
Mucha gente se dio cuenta, pero mucha gente no y en la tribuna me decían "qué chido que volviste" y otros me la mentaban y decían "queremos a la 'Chiva Loca'” y no me sentí identificado y les di las gracias.
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¿Cómo vivió la "Chiva Loca” el cambio de estadio en 2010?
Era el tiempo en que iba poca gente al estadio y la gente estaba apagada, les dije que si querían me iba a la tribuna para animar a la gente porque se sentía muy apagado y me compraron dos tambores, una matraca y me llevé a mis hijos y a un amigo y empezamos a animar a la gente arriba y ahí la gente empezó a apoyar.
En 2012 me habló Marcelo Michel Leaño y me dijo que si quería volver como "Chiva Loca” y le dije que sí y le seguimos dando, hasta que se vino la pandemia en marzo de 2020.
A partir de la pandemia ¿cómo ha vivido su pasión?
El 14 de marzo de 2020 era un partido contra Monterrey y ya tenía listo todo y nos hablaron para decir que iba a ser a puerta cerrada y pues enseguida en octubre de 2020 di positivo a coronavirus y estuve al borde de la muerte, internado en el IMSS, pero Dios es muy grande y los milagros existen y las oraciones de miles de chivahermanos, de mi familia, de amistades y hasta de americanistas y atlistas que me daban todo su apoyo.
Me iban a intubar y no me dejé, les dije que así me quería morir de tan horrible que me sentía y gracias a Dios me dieron de alta. Noviembre y diciembre fue muy horrible, lo que viví a nadie se lo deseo, ni al peor enemigo.
¿Va a regresar como"Chiva Loca”?
A mí todavía no me han dicho "ya no queremos que vuelvas" y sí pregunté si ya no quieren y me dicen que el Sector Salud no permite y en el Clásico Chivas vs América me hablaron y me dieron dos boletos y ahí estaba apoyando, como Juan José, no como "Chiva Loca” y fui con mi hijo y mi nieto, porque ahora él quiere ser la Chiva.
¿En este tiempo a qué se dedica la "Chiva Loca”?
La misma gente, los chivahermanos de Estados Unidos me piden algo y se los mando y ahí me ayudo con algo para comer, porque todos tenemos un guardadito que se va y ya van dos años sin trabajar. Es de humanos reconocerlo y si me preguntan cómo me ha ido, la verdad mal, porque no voy a ser hipócrita, a todos nos pasa y esta situación es triste, pero es la realidad.
Cuando salí del Coronavirus y empecé a salir, ayudé a mucha gente con lo que me habían ayudado a mí, despensas y todo eso, una silla de ruedas y se siente muy bonito ayudar a la gente que más lo necesita, pero llegó el día que dije: "Dios mío, yo ya cumplí, pero ahora el que necesita la ayuda soy yo", y no es que me haga el chillón, pero sé que viene algo bueno.