Conocido por sus torres amarillas y sus torres rojas, al poniente de la ciudad se encuentra uno de los parques más visitados por los tapatíos.
Se trata del Parque Metropolitano, un espacio ubicado en la colonia Ciudad Granja en Zapopan, a donde todos los días llegan miles de visitantes para recorrer sus áreas verdes.
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“El metro” como lo llaman algunos recibe desde familias que llegan con niñas y niños dispuestos a correr, andar en bicicleta o patines y volar su papalote, hasta grupos de amigos que arman el mini equipo de futbol o de voleibol.
Quienes acuden con frecuencia recomiendan llegar temprano, porque sobre todo los fines de semana y días festivos las “palapas” que además de tener mesitas y bancas de concreto ofrecen sombra se llenan y “hay que estar aquí desde las 10 u 11 de la mañana”, explicó Raquel.
“Lo que no me gusta es que no nos dejan bajar sillas plegables, no entiendo por qué, pues a veces llegamos y ya están llenos todos los lugares para sentarnos y te tienes que sentar en el suelo y para las personas mayores levantarse está complicado”.
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Sin embargo, ya sabe que si encuentra una palapa ocupada probablemente en poco tiempo se desocupe, pues solo en los casos de familias que llegan a celebrar cumpleaños la permanencia en el parque es de varias horas, pero por lo general quienes acuden lo hacen por una o dos horas solo como esparcimiento.
También es común encontrarse a personas ejercitándose, sobre todo en las primeras horas del día, pues el parque cuenta con varias rutas de trote de entre 3 y 7 kilómetros, pero en esta temporada lo más probable es que si acudes al Parque Metropolitano veas a niñas y niños disfrutando de sus vacaciones.
Una de las áreas que llaman la atención es el lago al centro del parque y por supuesto el camichín que llaman “el árbol que caminó” o “el árbol caído” donde se explica que es un árbol centenario y tiene un decreto de protección, para conservarlo en buen estado.
Y ese esa gran afluencia en el parque la que hace que también en las vacaciones los ambulantes lleguen y ofrezcan una variedad de alimentos, bebidas y algunos otros artículos para entretenerse en el lugar.
Tal es el caso de quienes venden tejuinos, de los vendedores de refrescos y frituras y por supuesto de quienes venden pelotas y papalotes para que los más pequeños de la casa se entretengan en uno de los pocos espacios seguros para correr y ver volar sus “cometas” como también les conocen.