Una tradición que comenzó hace cientos de años con los tamales que se ofrecían en ceremonias de la época prehispánica sigue vigente en estos tiempos y cómo no sería así si los tamales son uno de los manjares de la cocina típica mexicana.
Desde el olor cuando se abre la olla comienza la magia y también el dilema por decidir cuál es el indicado, pues cada vez hay mayor variedad de sabores y como “uno no es ninguno”, lo más probable es que sean dos o más los que cada persona disfrute al sentarse a la mesa.
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A veces será uno salado y uno dulce, a veces dos salados o a veces dos dulces y si es con champurrado qué mejor, pues aunque los tamales se pueden acompañar con cualquier tipo de bebida caliente, en Jalisco la tradición es que vayan acompañados de un delicioso champurrado.
Jonathan Ramos es despachador en Tamales Tabachines, el negocio que desde hace dos décadas ve llegar a cientos de clientes en busca de los que podrían ser “los mejores tamales de la zona” y por varios minutos esperan en la fila para ser atendidos y llevarlos a casa.
En el lugar donde trabaja venden tamales tradicionales como los de mole rojo y verde, de rajas con queso y dulces de elote, que son los que no faltan en casi ningún lugar, pero también han incluido algunos otros, como los de lengua, costilla, pollo con verduras, champiñones, chicharrón, camarón con verduras y camarón con salsa verde.
Para quienes prefieren los tamales dulces y sobre todo para quienes tienen niños en casa, hay también una amplia variedad como los de fresa, piña, nuez y sabor gansito, ese panecillo que a chicos y grandes puede encantar y cada uno tiene su público, explicó el joven.
“Nosotros tratamos de innovar para no ser un negocio común y que la gente nos vaya conociendo más. De otros países han venido a probar, de otros estados y se han llevado a muchos lados, esta congelados a los Estados Unidos”.
En el local que tienen por avenida Tabachines, a unas cuadras del Periférico en Zapopan, son cientos de personas las que a diario acuden a comprar y hay ocasiones en que no se dan abasto con las ventas, sobre todo cuando comienza a bajar la temperatura y un tamalito caliente se antoja para cenar.
Un poco de historia sobre los tamales
Se estima que los indígenas desde la época prehispánica preparaban tamales para los rituales a sus deidades. En ese tiempo los tamales eran rellenos de chile, jitomate, calabaza, carne de faisán, de pavo o de codorniz, pero se fueron adaptando a los ingredientes que cada región tenía, explicó Francisco Galindo Rizo, coordinador de Formación Permanente de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Secretaría de Cultura en Jalisco.
En el caso de Jalisco, los más comunes son los de mole rojo y verde, donde generalmente el más picante es el verde, pero cada región del país tiene un estilo único para preparar sus tamales e incluso para envolverlos antes de su venta.