Hay quienes por medio de las cirugías estéticas buscan dejar atrás aquellos complejos que los hacen sentir mal y así, poder obtener una mayor seguridad al momento de lucir su físico.
Tal es así que en redes sociales diversos usuarios, en su mayoría mujeres comparten la experiencia vivida antes, durante y después de su cirugía y no falta quienes comenten lo bien que quedaron y si les pueden proporcionar el dato del cirujano plástico para quedar igual o mejor.
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Te presentamos el caso de Andrea Ivanova, conocida por ser la mujer con los labios más grandes del mundo.
“Desde pequeña, he tenido una idea diferente de la belleza. Siempre fui fan de los looks extravagantes y de la gente con una apariencia artificial. Siempre me atrajeron también los labios grandes. Por eso, cuando cumplí 15 años, decidí cambiar la forma en la que me veía”, aseguro la creadora de contenido a medios locales.
La mujer manifestó que comenzó googleando a personas que tenían los labios gruesos, por lo que allí comenzó su adicción por tener labios gruesos: “me gustó mucho la apariencia de algunas. Pero no me inspiré en nadie especial para comenzar mi cambio. No quería parecerme a nadie en particular. Al contrario. Tenía ideas específicas en mi cabeza que sabía que solo podía expresar con mi aspecto y, por eso, decidí invertir miles de euros en agrandar mis labios”.
Andrea Ivanova reveló que en su inyección número 30 ha gastado más de 157 mil 974 pesos mexicanos. Diversos portales la han catalogado como un fenómeno, sin embargo a ella esto le tiene sin cuidado y asegura que se realizará más operaciones: “La prensa dice que estoy intentando convertirme en una ‘una verdadera Barbie’. Es el apodo que me asignaron y me agrada bastante, porque sí me parezco a una muñeca. Y, en mi opinión, esta apariencia de marioneta artificial resulta interesante. Yo seguiré gastando dinero para lograrlo”, finalizó.
¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?
El trastorno dismórfico corporal es una enfermedad psiquiátrica en la que la persona que la padece sufre una preocupación excesiva por su apariencia, derivada de una distorsión de la imagen corporal, generando sufrimiento en el individuo, lo que le impide que pueda desarrollarse en el ámbito social, laboral y personal.
En el año 1977, esta enfermedad se denominaba como “dismorfofobia”, pero se consideró que no era adecuado y en 1994 fue nombrado como “trastorno dismórfico corporal”.
Al presentarse esta enfermedad, se pueden generar otros trastornos como la anorexia y bulimia, vigorexia (obsesión en realizar ejercicio) y ortorexia (obsesión por comer sólo alimentos considerados saludables por la persona).
Quienes tienen este trastorno se preocupan principalmente en las siguientes áreas de su cuerpo: piel (60%), cabello (50%) y nariz (aproximadamente un 40%) y en algunas personas se observan cicatrices en la piel como consecuencia del arrancamiento de vello imaginario.
Debido a esto, una persona puede llegar a someterse a distintas cirugías plásticas con el propósito de hacer cambios corporales y lucir "perfectos".
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Se desconocen las causas por las cuales se llega a presentar este trastorno y el tratamiento consiste en terapias cognitivo-conductual, en grupo y medicamentos.