SAN DIEGO.- La tempestad pasó. Juan Carlos Osorio comienza aver la luz.
El técnico colombiano vivió días difíciles. El viaje a Rusiacomenzó de buena manera, sin embargo el final fue abrupto. ElTricolor fue goleado por Alemania y luego perdió el juego por eltercer lugar frente a Portugal. Juan fue el imán de todas lascríticas. Esa presión detonó antes de integrarse al equipo quePompilio Páez se encargó de lustrar. Osorio explotó en el campo,insultó a los árbitros y fue expulsado. Con esa penosa imagen elestratega cafetalero dejó Europa.
Su acción tuvo una reacción todavía más fuerte. La FIFAdecidió suspenderlo seis partidos. Todo esto ocurrió a un díadel arranque de la Copa Oro. Juan Carlos amaneció con la peornoticia que le podían dar.
La sanción cambió el rostro de Osorio, el estratega delTricolor sin hablar, mostró su rabia y enojo. Él quería estar enla banca junto al plantel. El máximo organismo en el futbol se loprohibió.
Juan tuvo el mundo encima, la presión externa ya era mucha paraél. Sin contar con lo que sucedía en lo futbolístico, AlanPulido, el jugador que él consideraba como el hombre gol delplantel dorado volvió a México por lesión.
Osorio aceptó su realidad y ofreció disculpas a todo Méxicopor el comportamiento que tuvo en la Copa Confederaciones.
Luego de eso vino el debut del cuadro verde en el certamenáureo, el combinado nacional venció a El Salvador y él pudorespirar. El triunfo frente a la Selecta sirvió para hacer la losamenos pesada. Juan por fin sonrío.
Esa alegría Juan la trasladó a Denver. El estratega nacionalse ve más relajado y tranquilo, incluso posó para EL OCCIDENTAL.Las palabras prefirió guardarlas para la conferencia previa, peroya está “mucho mejor”, comentó.
Juan tiene el apoyo y el respaldo de la Federación Mexicana deFutbol, él será el entrenador que dirija al Tricolor en Rusia.Osorio tiene que centrarse en levantar el título del área. LaCopa Oro 2017 es su misión.