La situación es triste, pero es así, el sistema deportivo en México de pronto no permite a las atletas de alto rendimiento combinar el ser madres con la competencia a más alto nivel, por eso pasan dos cuestiones en este sentido, por un lado, que las que deciden ser mamás se retiren en definitiva del deporte para dedicarse a sus hijos, o bien, que se las vean más complicadas de lo normal para poder estar, por ejemplo, en un ciclo olímpico.
Es por eso que de pronto los casos de madres atletas son contados, cuando quisiéramos que fueran más, y celebrarlas en el día de la madre, pero es complejo, porque el sistema no se adapta a ellas, ellas deben adaptarse, hacer sacrificios y después de tener a su bebé, las puertas, muchas veces, se les cierran y las llevan a salirse de competir en lo más alto.
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Justo aquí se encuentra la clavadista Paola Espinosa, doble medallista olímpica, en 2017 dio a luz a su hija Ivana, a quien concibió junto a su esposo, el también clavadista: Iván García. Desde el día que Ivana llegó al mundo, Paola dejó en claro que no se iba a retirar y que entraría de lleno a competir rumbo al ciclo olímpico de Tokio 2020. Con 31 años de edad, y después de un embarazo, Paola tuvo que esforzarse al doble para estar en la competencia.
El sueño de Paola era llegar a Tokio con 34 años de edad y ahí retirarse, con su hija viéndola desde la tribuna, pero esto no sucedió por complicaciones en el proceso, que la llevaron justamente a denunciar abiertamente que en México no se respeta a las madres atletas. Y justo una situación de no querer separarse de su hija de tres años y encerrarse en un concentrado, la llevaron a quedar fuera de Tokio.
“México todavía no está preparado para incluir a las mamás en el deporte de alto rendimiento, al deporte olímpico. Es una lástima porque en muchos países ya se está abriendo esta puerta’’, dijo en aquel momento Paola.
Otros casos que hay que nombrar es el de la peleadora Jackie Nava, la boxeadora se alejó del deporte en 2013, al irse a dar a luz, pero regresó en 2015 a pelear, al final optó por el retiro en 2017 para dedicarse de lleno a su familia.
Un caso especial es de la ciclista de velocidad Nancy Contreras, medallista olímpica que en 2011 tuvo a su hijo, pero ese mismo año se recuperó y llegó a competir a los Juegos Panamericanos en Guadalajara, ahí fue la figura del equipo mexicano, y tiempo después, por edad, y no por ser mamá, decidió retirarse.
Finalmente, hay que contar a la que es la mejor golfista mexicana de todos los tiempos: Lorena Ochoa, la tapatía hizo historia para el país en la LPGA, pero oficialmente se retiró en 2010, todo para dedicarse enteramente a ser mamá. Tiempo después regresó, ya siendo madre, pero solamente en torneos amistoso y como promotora deportiva, no en la competencia a alto nivel.