La división de la ciudad, una guerra civil que al menos vive dos episodios por año y que este sábado vivió una edición más de la rivalidad más añeja en todo el futbol mexicano. Chivas y Atlas por la supremacía en la ciudad.
El Estadio Akron se pintó completamente de rojiblanco y la afición recibió al equipo con doble telón en una de las cabeceras, lo que terminó por encender motores en la tribuna para el arranque del compromiso.
Te recomendamos:
Al 6’, el Guadalajara pasó el primer susto, con un mal control de Orozco Chiquete en zona defensiva y que dejó mano a mano a la ofensiva rojinegra, sin embargo Eduardo Aguirre no pudo definir con dirección a portería y el disparo salió a un costado del marco rojiblanco.
Chivas respondió al 13’, con un disparó de Carlos Cisneros para calar a Camilo Vargas, que no tuvo complicaciones para quedarse con el balón.
Corriendo el minuto 36, Chivas cobró un tiro libre por costado izquierdo que terminó con un rechace a los pies de Alan Mozo en linderos del área grande por el lado contrario. El lateral del Rebaño lanzó un servicio con “guante” a la llegada de Erick Gutierréz, quien se lanzó de ‘palomita’ para rematar de cabeza y quedó a centímetros de inaugurar el marcador, estrellando el balón en el poste.
Instantes después, al 38’, Mozo sacó una raya a portería que Camilo Vargas alcanzó a mandar a tiro de esquina.
La polémica llegó al 40’. En un ataque por izquierda y forcejeo entre Sepúlveda y Lozano. Rivaldo derribó a ‘Tiba’, sin embargo el central no señaló la infracción. Aprovechando la situación, el 17 rojinegro ingresó al área y asistió a Jhon Murillo que únicamente empujó el balón a las redes. Los jugadores rojiblancos exigían la revisión en le VAR al considerar falta sobre el defensor, sin embargo tras minutos de espera la anotación subió al marcador.
La ventaja rojinegra se fue al descanso y regresando de vestidores, en gol tempranero, la visita incrementó distancias. En una mala salida desde campo propio, Atlas recuperó el balón y en un pase pantalla de Murillo, dejó solo a Jeremy Márquez frente al marco en las afueras del área. El canterano no dudo en disparar y mover las redes por segunda ocasión.
La pesadilla no terminaba y donde caben dos, entran tres, all 52’ Rivaldo Lozano puso su nombre en la lista de anotadores.
Chivas intentó despertar. Al 62’, Roberto Alvarado mandó centro por derecha que remató de buena forma Ricardo Marín a poste contrario, pero mejor estuvo Camilo Vargas para evitar el tanto rojiblanco con un lance para la foto.
La revancha del delantero de Guadalajara llegó un minuto después. En una salida del arquero colombiano a un remate de Guzmán, dejó el balón sin vida en el área. El angulo de disparo era complicado pero Marín se atrevió y perforó con una raya la cabaña rojinegra.
En ese momento, Chivas comenzó a jugar con uno más. La afición en el Estadio Akron se metió por completo al partido y con cánticos al unísono impulsó a los suyos.
Al 71’ el Guadalajara se acercó y puso a temblar a Beñat y compañía, que se vio obligado a modificar y llenar de elementos defensivos su plantilla. Mateo Chávez corrió por toda la pradera izquierda y le respetaron su esfuerzo con un pase al hueco, el juvenil lanzó un trazo a ras de pasto de primera intención que cruzó toda el área hasta llegar al costado contrario donde Roberto Alvarado acechó de forma paciente y remató sin complicaciones para poner el segundo tanto a la causa local.
El partido transcurrió y la intensidad fue disminuyendo hasta llegar a los minutos finales. Al Guadalajara no le terminó por alcanzar y a pesar de haber dejado un sabor de entrega y representación digna a la afición en la tribuna, terminaron por despedir a su entrenador con una dolorosa derrota en el Clásico de la ciudad.