En un duelo bastante parejo y con un final cardiaco, los Venados de Mazatlán empatan la serie ante los Astros de Jalisco.
En comparación a lo que fue el primer juego de semifinales, la primera mitad Astros fue bastante impreciso en los tiros de media y larga distancia, no fueron ni la sombra del primer juego en el que no dejaron de abusar de los tiros de tres puntos, en los tiros de castigo fue el mismo cuento, los balones besaban el aro, pero no entraban en la canasta.
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Venados entendió el sistema del entrenador Alejandro Formento y cerró los espacios con marcas más estrictas y sin dejar que la quinteta jalisciense circulará el balón con comodidad, obligando a qué los locales lazaran de más el balón, encontrando poca fortuna.
Para el final de la primera mitad, Venados ganaba el encuentro 37-42, haciendo parecer que dejaba los temores que el juego uno de la serie había dejado.
Para el tercer cuarto, Astros parecía que empezaba a recordar el despliegue que tuvieron en el juego uno de la serie y encontró precisión en las manos de Javion Blake y seguridad al momento de defender los embates del equipo sinaloense, logrando remontar el juego de manera momentánea por dos puntos (62-60).
El último cuarto fue cardiaco, se vivió al borde de la butaca y con los nervios al máximo, una falta otorgaba a Venados dos tiros libres faltando 18 segundos para el final del juego. Essengue fallaba uno y anotaba el segundo, dejando de manera momentánea un 83-84 en el marcador.
Después, una falta ofensiva de Astros le otorgaba dos tiros más a Venados faltando 5 segundos para el final del juego, mismos que Essengue hacia efectivos, colocando un 83-86 en la pizarra electrónica. Cuando el encuentro practicante estaba muerto, Loveridge buscó el milagroso empate con un tiro de tres puntos que no encontró el fondo de la canasta.
De esta manera, Venados viaja de regreso a casa con un valioso empate en la serie y con la encomienda de eliminar a los Astros en casa.