Con mayoría de los accionistas de las empresas que tienen el control de la franquicia y la marca de Charros de Jalisco casi en acuerdo para seguir adelante y con otro grupo de empresarios interesados en adquirir al equipo y que no han logrado acordar y legalmente adquirirlo, hay un conflicto que podría provocar que Charros no participe en la temporada 2021-2022 de la Liga Mexicana del Pacífico el próximo martes 5 de octubre en la inauguración de la temporada en la llamada plaza beisbolera de la Zona Metropolitana de Guadalajara en el Estadio Panamericano.
Y decimos que resulta muy posible que no haya participación de los Charros en la ya inminente campaña beisbolera invernal en razón que ni siquiera el Estadio está actualizado con los colores, logotipos, patrocinadores correspondientes a los Charros, pues aún tiene los emblemas de Mariachis de Guadalajara que utilizaron para su participación en la recién realizada temporada 2020 de la otra liga beisbolera, la Liga Mexicana de de béisbol (LMB), que se desarrolla durante la primavera y el verano.
Te recomendamos:
Pero no sólo es asunto de colores y emblemas sino un tema de fondo ya que hasta este día no se ha definido si los dueños originales del equipo, los que lo trajeron en 2014 y han sido exitosos, aún estando conflictuados, tendrán la determinación de llegar a un arreglo entre ellos y mediante algún tipo de tregua emprender el gran esfuerzo que significa preparar y llevar adelante todo lo que significa sacar airosa la campaña dejando de lado sus conflictos legales y administrativos o podrán llegar a un acuerdo y vender o concertar que otro grupo de empresarios se hagan cargo del equipo pagando lo que corresponda a los aún propietarios de franquicia, marca y derechos en general para llevar a cabo la articulación de Charros, entre ellos Salvador Quirarte, Armando Navarro y el propio Valenzuela (que también es socio de Mariachis) y otros más como Ararrgo Gómez Sierra, Leonardo Plasencia, Arturo Blanco y un empresario de casinos de nombre Isaac Ganón.
Y es que se ve muy difícil que a escasos 4 días del inicio de campaña beisbolera puedan llegar a acuerdos y echarse al hombro la tarea de sacar adelante la temporada, lo que en condiciones normales debería estar ya preparada. Esto es, con Estadio flamante, brandeado, habiéndose ya concertado los patrocinios y estar señalizados en instalaciones y uniformes; habiéndose vendido ya los abonos , etc.
Mucho del problema ha sido y es la ineficacia y negligencia del presidente ejecutivo de la Liga de nombre Omar Canizales, quien aunque despacha formalmente en Guadalajara, no se ocupa de la labor de procurar que se resuelva el problema, además que no informa adecuadamente a sus superiores (los propietarios y presidentes de los equipos que integran la liga) en especial al presidente del consejo que es el dueño de un equipo de Los Mochis, Sinaloa, de nombre Joaquín Vega, a quienes informa sesgadamente que ya ha resuelto el tema y habrá temporada, siendo que la realidad es otra:
No hay liderazgo claro ni definiciones, como tampoco flujo de recursos necesarios. Todo lo que hay es un grupo de beisbolistas con un manager, unos cuantos auxiliares y un encargado de temas administrativos deportivos, entrenando algunos días en el estadio o jugando en otras ciudades como preparación, sin saber cómo solventarán todo lo necesario para que haya temporada.
Lo más grave del asunto es que ya un grupo de empresarios que está buscando adquirir al equipo encabezados por José Luis González Iñigo, su hermano Juan Carlos González Iñigo y el hijo de José Luis de nombre Iñigo González Covarrubias, se han apoderado de facto del equipo; empezaron a vender boletos y están actuando como si fueran los dueños siendo que aún no han negociado y por ello tampoco han pagado un solo peso y ya están recibiendo dinero en sus cuentas lo que es un auténtico atraco, además están buscando y quizá ya cobrando patrocinios engañando a la empresas que buscan anunciarse dinero que están recibiendo en sus chequeras.