El deportivo de mayor jerarquía en la marca de lujo renueva sutilmente su apariencia mientras avanza en insonorización, conectividad y seguridad activa.
El frente mantiene la forma de los faros principales y diurnas en LED, pero se moderniza por medio de una parrilla con patrón de diamantes sin marcos cromados; ahora monta rines de 19 pulgadas en acabado pulido.
Para la variante Type S la rejilla frontal tiene un diseño abierto para una mejor refrigeración, así como un juego rines de 20 pulgadas con radios divididos que deja ver frenos Brembo con calipers en rojo; de manera opcional puede cambiar el diseño por uno de brazos en “Y” con llantas de competición.
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Al interior estrena una pantalla central de 12.3 pulgadas, impulsada por un nuevo procesador que hace la interfaz más fluida; también incorpora un clúster digital con vistas personalizables y para la fila trasera adiciona dos puertos de carga. El head-up display de 10.5 queda reservado para la versión deportiva.
MENOS RUIDO | La cabina es más silenciosa con revestimientos, cristales acústicos y ajustes al control activo de sonido.
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En seguridad añade funciones ampliadas del sistema AcuraWatch con una nueva cámara delantera que ofrece un campo de visión más amplio de 90 grados y un nuevo radar de 120 grados, ambos atributos mejoran la prevención de colisiones gracias a una mayor capacidad para reconocer otros vehículos, bicicletas o peatones, así como líneas blancas y señales de tráfico.
Mecánicamente no hay cambios, TLX conserva el motor de cuatro cilindros 2.0 litros turbo con 261 caballos de fuerza mientras que Type S sigue con el V6 de 3.0L turbo de 350 hp, solo con un reajuste en la electrónica del modo Sport+ para una respuesta más rápida del acelerador.
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