Detrás de esa atleta de alto rendimiento, también hay un gran ser humano, y todos los que la conocen se desviven en halagos por Alejandra Orozco, definiéndola como una persona muy dedicada y apasionada en su disciplina, pero de la que hay mucho que aprender por ser siempre alguien que está al pendiente de los suyos.
“Ale es una de las personas más disciplinadas que conozco, a Tokio llevaba muchos ojos puestos sobre ella y durante muchos años se preparó mentalmente para esta presión, trabajó muy duro para esta medalla y su triunfo es una inspiración para todos los mexicanos y los que la conocemos”, nos compartió su amiga Valeria Guzmán.
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Y lo que valen muchas veces para poder comprender a la persona que hay detrás de la gran atleta son las anécdotas y Ale es incluso fuente de inspiración.
“Me acuerdo una vez en una competencia en Veracruz, en una Olimpiada Nacional, éramos unas niñas de 11 años y en el hotel había alberca. Al día siguiente teníamos competencia y todas fuimos a jugar a la alberca, menos Alejandra, decía que tenía que descansar porque tenía que dar el 100%. Todas la tomábamos como loca, exagerada y al siguiente día… ganó el oro.
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"Esto lo cuento porque esa niña pequeña, exagerada, llegó a las grandes ligas y ahora es una histórica y orgullo para México con sus dos medallas olímpicas”, compartió Frida Martínez.
“Ale es una persona demasiado sencilla y altruista, dedicada, muy disciplinada, tiene mucho enfoque en ayudar a los demás, sobre todo es de reconocer el esfuerzo, talento y trabajo de cualquier persona. Un día de la nada me marcó para decirme: sabes también te mereces un reconocimiento, te voy a dar un regalo, y me regaló dos jerseys que uso representando a México.
"Me daba ánimos y me apoyó mucho cuando supo que soy primera línea de lucha contra Covid. Además que ella quiso reconocer el esfuerzo del personal de Salud ante esta pandemia. Eso sin duda es de aplaudir demasiado”, contó Jonatan Cedillo.
La anécdota
"La conozco desde hace más de 10 años. Su novio y mi esposo son mejores amigos, durante muchas reuniones fantaseamos con estar allá con ella, con acompañarla, incluso cotizamos vuelos porque deseábamos estar ahí.
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"Entre la pandemia y el año de retraso seguramente la presión aumentó, pero también su entrenamiento y la manera en la que se mimetizó con su compañera. Ella es una persona muy amable y comprometida con las personas que la rodean.
"Esa medalla se la merecían y se siente el pecho lleno de pensar que valió la pena todo el proceso”, cuenta Valeria Guzmán.