El segundo partido del día se convirtió en uno de los mejores en el GDL Open, con Kudermetova y Osorio sin guardarse nada. Para mala suerte de la colombiana, una molestia en el hombro le impidió seguir el ritmo de la rusa.
El primer par de sets fue una lucha pareja, yéndose en ambos al tiebreak. En el inicial la ventaja fue para Camila, llevándose los primeros dos juegos pero Kudermetova no dejó tan fácil el trámite, igualando e incluso poniendo el parcial 3-2 a su favor.
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Enseguida, Osorio volvió a responder e inclinó la balanza a su favor, 4-3. De ese momento, intercambiaron ventaja por servicio, llegando al 6-6 y obligando al tiebreak, donde la colombiana aprovechó los 4 saques de Kudermetova y se llevó el primer set.
El segundo capítulo tuvo un guión similar. Intercambiándose ventajas entre ellas y forzando todo al segundo tiebreak del juego, que se llevo la rusa con amplia ventaja.
En el descanso, Camila Osorio tuvo que ser atendida por molestias en el hombro para enfrentar el último set. El partido se reanudó con la colombiana mostrando incomodidad en cada respuesta, incluso mencionándole al coach que había dolor.
La rusa, Veronika Kudermetova se dio cuenta y atacó por ese lado, apostando por la fuerza en sus servicios. La fórmula le dio resultados, poniendo el parcial 5-0 a su favor y dejando a Osorio a solo un juego de culminar su participación en el WTA 500. Pero los asistentes y la propia Camila estaban por vivir algo memorable.
La rusa tenía el servicio a su favor. Todo inclinado para el triunfo sencillo en el último capítulo, sin embargo, a base de técnica y una dosis de esperanza, Osorio rompió el servicio, se puso 5-1 y desde este momento no soltó la pequeña burbuja de oxígeno.
De menos a más, con gestos de molestia en cada respuesta por su hombro y el llanto contenido que en algunos segundos se exhibía con pequeñas lágrimas, pero mostrando un temple y seguridad que devoraron a Kudermetova. La rusa no vio la luz, ante una colombiana que conquistó a la grada por la forma de entregarse aún teniendo todo el panorama en contra.
Fueron 7 juegos consecutivos los que se llevó Camila Osorio para ganarse su boleto a la siguiente ronda. La rusa explotó en emociones y fue superada en el duelo de cancha y también el mental. Golpeó su cabeza con la raqueta, lanzaba pelotas a la red y mostraba su descontento con gritos hacia su equipo y una evidente molestia ante cada punto o la voz que señalaba el “out” a cada respuesta que le entregaba a la colombiana.
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En el último punto, Kudermetova estrelló la pelota y ocasionó que todos los asistentes se pusieran de pie. Al grito de “Venga, Cami”, la afición tapatía se entregó a la latinoamericana, que con un solo brazo y lágrimas en los ojos, liquidó un partido que parecía perdido.
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