Este año en el marco del 74º aniversario del Museo Nacional de Historia, además de una serie de galas y funciones, el director del museo, Salvador Rueda Smithers encomendó a la artista tapatía Karla de Lara, hacer un cuadro conmemorativo en homenaje a la memoria de este afamado recinto.
El 27 de septiembre, se develó la obra, Visiones y se ofreció una conferencia taller, en el que la artista expresó sus conceptos sobre la libertad, la plenitud, la unión y la humanidad, todos ellos reflejados a través de su arte.
Karla de Lara es una artista tapatía con más de 25 años de carrera en las artes, que este año ganó el Premio de las Naciones, máximo reconocimiento de la Bienal de Venecia entre más de 500 artistas de todo el mundo, recibió también el Premio Leonardo Da Vinci en Florencia y el Raffaello en Bologna.
Para mayo del 2019, tiene contemplada su primera exposición individual en el Museo Macro de Roma. En esta pieza conmemorativa del 74º aniversario del Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec” titulada Visiones, la artista rinde homenaje a la vieja escuela del muralismo mexicano al fusionar dos murales que son parte del patrimonio del museo, Fusión de dos culturas del maestro Jorge González Camarena y El sacrificio de los NiñosHéroes del maestro Gabriel Flores García.
Estos dos murales son especialmente importantes para Karla, porque marcan dos momentos históricos de gran relevancia para México. El primero, marca el surgimiento de la raza mexicana, la fusión de dos mundos; el segundo, simboliza el nacionalismo, el amor a la patria y el mexicanismo que nos une como nación.
La artista comenta: “Esta representación de dos murales fusionados que se elevan en los cielos del Castillo de Chapultepec, uno de nuestros más hermosos símbolos nacionales, da un mensaje al mundo de lo que estamos hechos los mexicanos; del gran país que hemos construido y de lo lejos que estamos dispuestos siempre a llegar por defenderlo. Somos un pueblo fuerte, sin miedo, que está construido de lo mejor de dos mundos”.
Visiones es la primera pieza que entra a formar parte del acervo permanente del Museo en los últimos 46 años.