Abuela, indígena, escritora, activista y palabrera de la tradición oral, la maestra Teresa Figueroa Damián dirige desde el 2009 el centro comunitario Los Ariles en Tonalá, un lugar de encuentro con el cual busca fomentar el arte y la cultura desde todas sus expresiones.
Oriunda de Ciudad de México siempre ha buscado trabajar desde la ciudadanía en la defensa del patrimonio biocultural del municipio, promoviendo en específico tres grandes de sus amores, la oralidad, la lectura y la escritura creativa, pero sin dejar tampoco la lucha por otras causas sociales.
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"Soy mujer, soy indígena, soy migrante, soy parte de Tonalá y soy una persona a la que le preocupa toda la problemática que están viviendo nuestros niños, jóvenes y las mujeres. Soy docente y comenzamos abriendo una sala de lectura, para generar conciencia sobre nuestro alrededor. Este (centro comunitario) fue un espacio para que los artistas, gestores, creadores, tuvieran dónde realizar su trabajo".
Durante más de diez años el lugar -en el que sobresale su vivero- se ha ido adaptando a las necesidades y peticiones de la ciudadanía, quien es la que prácticamente se ha apropiado del centro comunitario, por ello, docenas de artistas de todas las disciplinas han transitado por ahí y múltiples talleres se han impartido, aunque actualmente los vigentes son los de música, pintura, danza y escultura.
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De cara a la pandemia por Covid-19, Teresa refiere que no ha sido fácil este año de transición pues se las han tenido que ingeniar para subsistir por los múltiples cierres del espacio debido a los botones de emergencia, no obstante, por la trayectoria y lo logrado, Los Ariles se ha mantenido de pie con el mismo objetivo de siempre, albergar a todos aquellos quienes deseen hacer uso de él.
"Volvimos a empezar en febrero. De hecho se hizo una actividad muy bonita con Gabriel de Dios, que grabó unas actividades de música, se llama 'Cantar de siembra' lo que presentó', y se va a presentar en las distintas embajadas, porque es música tradicional mexicana, hecha con instrumentos prehispánicos".
Aunado a esta labor como impulsora cultural, también se ha inmiscuido en la escritura, pues tiene diversos escritos en varias compilaciones, así como algunos premios; y se ha dedicado al activismo social en pos de defender y garantizar los derechos de las mujeres.
En este último sentido, recordó a la agrupación a la que pertenece, Las de Tonalá, con la cual, junto con otras activistas feministas, han buscado desde hace al menos un año alzar la voz para exigir mejores condiciones de igualdad en el municipio, y verdaderas políticas de acompañamiento y protección a víctimas de violencia, algo que también ha mezclado con la escritura creativa.
"Soy palabrera y narro oralmente y por escrito, e invito a las demás personas a que narren. Gané el Premio Nacional de Cuento Campirano, también con la problemática de las mujeres del campo, con una historia muy bonita que habla sobre un parto en un momento crítico, en un medio rural, y cómo el parto siempre trae esperanza".
Convencida de que con estas herramientas se puede trascender y cambiar el entorno para algo mejor, Teresa Figueroa continúa a pie de lucha haciendo lo que más le gusta en un espacio cultural abierto para todos aquellos quienes lo deseen.
En 2009 Teresa Figueroa recibió el Premio Nacional de Cuento Campirano, que otorga la Universidad Autónoma de Chapingo, por el cuento Matea. Además, en 2010, 2015 y 2019 recibió el reconocimiento del Gobierno de Tonalá por su trabajo en gestión cultural y cuidado del medio ambiente, con los premios “Cihualpilli” y “Cualli Tonalli”.
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