Entre la dicotomía de lo terrible de una realidad latente y lo luminoso de una mejor vida, "Cometierra", de la escritora argentina Dolores Reyes, promete al lector transitar por una experiencia en la que saldrá mirando el mundo de otra manera.
En el marco de la 34 Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL) 2020, que arrancó este sábado -por vez primera de manera virtual-, la autora, acompañada del escritor jalisciense Antonio Ortuño, habló sobre cómo es que la obra refleja, en diferentes aristas, lo terrible del mundo hacia con las mujeres, a través de las vivencias de su protagonista, una chica con una habilidad peculiar tras enfrentar el asesinato de su madre.
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De 7 u 8 años, la niña está devastada por la muerte de su madre y porque no le permiten enterrarla en casa. Al momento de despedirla en el cementerio, y como una forma de incorporarse a ella, agarra tierra, la traga y al cerrar los ojos ve la forma violenta en la que su progenitora murió a manos de su padre. Desde entonces, y con un "don" descubierto, comienza una travesía detectivesca por encontrar a mujeres desaparecidas.
"Esta es la idea central de la novela, que repercute y habla de las violencias en Latinoamérica. Yo veo a las mujeres mexicanas de la misma forma que las argentinas; buscar en la tierra fragmentos de una hija. Han sido imágenes que me han quedado grabadas y de alguna forma pone todas sus obsesiones y experiencias que han marcado".
A lo largo de la novela, que a decir de Antonio Ortuño se percibe más como un poema -por la cantidad de recursos literarios-, habrá imágenes desgarradoras sobre una realidad que no es ajena para muchos, pero sin dejar de lado los placeres más bonitos de la vida, como la unión de hermanos, la amistad, encontrar el amor o hasta bailar.
"Vengo lidiando con el dolor desde los 12 años, cuando me enteré, como le pasa a todas las mujeres del planeta, las cosas que te pueden suceder solo por el hecho de ser mujer. La escritura me ayudó a procesarlo, a hacer algo para devolver algo, una experiencia de lectura que movilice, que rompa el automatismo que generan muchas veces los medios, que desnaturalice las violencias, que haga plantearme qué sociedades horrorosas estamos construyendo".