Toda una serie de obstáculos necesitan enfrentar los caricaturistas para poder publicar un libro con sus obras y en muchas ocasiones los jóvenes requieren de temas ágiles, rápidos pero que sean redituables a las empresas y al proyecto personal.
El caricaturista Patricio Ortiz destacó que uno de los problemas a los cuales se enfrentan es el mercado pirata en donde se venden los libros más baratos pero a ellos no les llegan las regalías o beneficios de esos libros vendidos.
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Dentro de la mesa de diálogo llamada “la caricatura en la industria editorial” desarrollada dentro de las actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL) los caricaturistas Nani, Guada, Liza Donnelly, Ángel Boligán y Patricio Ortiz hablaron de las dificultades que tienen para que una editorial de las consideradas grandes, les publiquen un libro y que si no tienen éxito, los archivan y no vuelven a publicarles nada.
Coincidieron que si logran firmar con una editorial grande, entre las ventajas que tienen es la distribución tanto en el país de origen como en el extranjero, ya que en caso contrario ellos tendrían que hacerlo, la desventaja es que dependen de los editores, de la promoción, de que lo exhiban de la forma correcta porque si no, no vuelven a publicarlos.
Liza Donnelly mencionó que le encantan los libros y que no se opone a publicarlos porque no es como antes ya que ahora es más difícil logra colocar un libro y que se exhiba en los negocios.
Pero también se enfrentan a la situación de que primero deben definir para qué edad va dirigido el trabajo, entender su audiencia, saber cómo hablarles para poder comunicar el mensaje, dónde les gusta consumir los libros, es decir un amplio estudio del público y ya con esos datos si se llega con los editores, el camino es más fácil porque llevan una especie de estudio de mercado o claridad de lo que quieren hacer.
Guada mencionó que muchos de ellos desean vivir tranquilos y creando arte y “no preocuparnos por todo lo que pasa cuando necesitamos monetizar y distribuirlo en cualquiera de sus formas y eso es un error, necesitamos aprender inteligentemente saber hacia dónde va nuestro arte, a quién se le vende” es decir concientizarse en cómo convertir su arte en negocio.