Jesús Guerrero Galván (Tonalá, Jalisco, 1910Cuernavaca, Morelos, 1973) perteneció al grupo de muralistas mexicanos de renombre en pleno auge del muralismo en México a mediados del siglo XX.
El pasado 6 de junio de 2024 en la galería que lleva el nombre Jesús Guerrero Galván ubicada en la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, se llevó a cabo la inauguración de la sala con los “Objetos del artista Jesús Guerrero Galván”, montada con los objetos de trabajo del artista los cuales fueron donados por sus hijas Flora y Devaki Guerrero Garro.
En la ceremonia de inauguración a cargo del coordinador de la Biblioteca Pública el licenciado Francisco Javier Sanz estuvieron presentes además de familiares y amigos, admiradores del trabajo del artista jalisciense.
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El licenciado Francisco Javier Sanz reconoció el talento innato de Guerrero Galván como una gran contribución al Estado de Jalisco y a México.
La hija del artista Flora Guerrero Garro dedicó unas emotivas palabras, recordando la añoranza de su querido padre.
Quien les comentó en más de una ocasión que deseaba regresar a su tierra natal. Por lo que decidieron ella y su hermana Devaki donar los instrumentos con los que su padre daba magia y vida con su paleta de colores a personajes que brotaban de su mente brillante.
“Mi padre amó profundamente esta tierra, su tierra Jalisco, pero por cuestiones del destino no pudo regresar; él añoraba regresar a esta tierra”, comentó con cariño a todos los presentes su hija Flora.
Sus hijas Devaki y Flora recibieron un significativo reconocimiento por parte de la Universidad de Guadalajara, por la donación de artículos propios del artista.
Que consistieron en el caballete, una silla, un taburete, mesa de dibujo, carboncillos, pinceles, entre otros utensilios.
Previo al evento de inauguración se llevó a cabo la conferencia “Vida y obra del artista Jesús Guerrero Galván”, a cargo del escritor Eduardo Aguilar Zarandona, quien rindió tributo al ilustre artista orgullosamente tonalteca Jalisciense.
El escritor presentó parte de su obra explicando las características de algunas de sus pinturas como “Mujer con caracol”, “Niña sentada”, “Retrato de María Luisa Lacy”, “Retrato de Devaki Garro”.
Jesús Guerrero Galván de joven emigró con su madre a los Estados Unidos. En donde aprendió distintas técnicas de pintura en la National School of Plastics Arts en San Antonio Texas.
Regresó a Guadalajara para continuar sus estudios y en 1928 ingresó a la Escuela Libre de Pintura en Jalisco.
Fue por dos años alumno del maestro José Vizcarra y perteneció a grupos de la élite artística en Jalisco como Banderas de Provincia, Centro Bohemio, el Club Ovoide y El Olimpo House.
Relacionándose así con escritores, pintores y poetas como Carlos Fuentes, Juan Soriano, Agustín Yáñez, José Guadalupe Zuno, Raúl Anguiano.
En 1930 se trasladó a la Ciudad de México y se integró al movimiento muralista mexicano. Contrajo matrimonio con Devaki Garro y tuvieron seis hijos, formando una bonita familia.
El arte y la academia fueron parte importante de su vida y su pasión.
Por lo que es considerado uno de los mejores pintores y profesores de pintura en el país. Algunos de sus murales se pueden encontrar en Estados Unidos y México. Así como en la Biblioteca Iberoamericana de Guadalajara. Murió en Cuernavaca Morelos en 1973.
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“En su obra no solamente está expresado el arte sino que siempre es un mensaje de humanidad”, expresó Flora Guerrero Garro.
Al finalizar el evento tuve la oportunidad de platicar con Devaki y Flora Guerrero Garro, quienes amablemente me expresaron la emoción de poder compartir con todos los asistentes lo que representaba el amor de su padre por el arte.
Las múltiples piezas artísticas que dejó Guerrero Galván para la sociedad mexicana y el legado escrito de su madre Devaki Garro, una pluma talentosa y valiosa, así como gran activista social.
Recordó Sanz que además de su prolífica obra mural, Guerrero Galván exploró, a lo largo de su vida artística, diversas técnicas como el óleo, la ilustración y la litografía. Su versatilidad queda patente.