A lo largo de más de dos décadas, el artista venezolano Alexander Apóstol, a través de su arte visual y conceptual, ha puesto en evidencia las distintas relaciones entre el poder, el arte, la sexualidad y las ciudades, remarcándolas como factores determinantes para sus habitantes, pero que, a su vez, sugieren el cuestionamiento de las ideologías y las oportunidades democráticas en América Latina.
Una antología de su trabajo se exhibe en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo. Alexander Apóstol. Postura y geometría en la era de la autocracia tropical, es una muestra itinerante, compartida con el Museo Centro de Arte Dos de Mayo, de Madrid; la Fundación Proa, de Buenos Aires; y el Museo de Arte Moderno, de Bogotá.
“Esta exposición da claves de la historia venezolana reciente, evidentemente atravesada por la historia del chavismo, cuya forma de ejercer el poder la estamos viendo en otros países latinoamericanos e incluso europeos, por eso el título”, explica Alexander Apóstol, en entrevista con El Sol de México.
“Pero también refiere a la geometría y la postura de los cuerpos en el arte y la arquitectura, por su importancia en la historia de Latinoamérica y Venezuela, las cuales han tenido una profunda relación con el poder, primero como un discurso político y luego de Estado”, agrega
Se exhiben 11 obras, realizadas entre 2005 y 2023; videos, series fotográficas y acciones conceptuales donde ha puesto en práctica estas ideas, que Apóstol considera podrán ser bien identificadas por los espectadores en nuestro país, pues se trata de un proceso similar al que sucedió con el muralismo mexicano.
El artista destaca una serie de fotografías y un video titulada Ensayando la postura nacional (2010), en la cual cuestiona el ideal venezolano, propuesto por la estética del pintor italiano Pedro Centeno Vallenilla, autor de cuadros que adornaron los edificios del dictador Marco Pérez Jiménez. Al documentar en imagen a personas desnudas que emulan a las figuras de aquellos cuadros, repletos de posiciones difíciles de mantener, hace referencia a lo difícil que es concordar ideología y realidad.
“Así como todo acto es político, nuestro cuerpo también lo es, la manera en que lo modificamos y nos manejamos. En esta pieza lo que se evidencia es la gran incomodidad ante ideas no resueltas, de cómo nos vemos a nosotros mismos en cuanto a lo militar, lo civil y lo racial, problemas no resueltos en los imaginarios nacionales de mi país”, puntualiza el artista.
CREATIVIDAD: JUEGO DE SEDUCCIÓN Y PODER
Entre las obras que resalta el autor de esta exhibición, se encuentra el video Av. Libertador(2006), con el que documentó un punto de choque entre las dinámicas sociales y división territorial, en la avenida que le da nombre y divide dos colonias en pugna política que se expresa artísticamente, mientras que trabajadores transgénero buscan sobrevivir.
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También menciona que en la muestra, además de otras piezas conceptuales, de video y de audio, se exhibe un mural de 16 metros de largo por seis de ancho en los que se muestran diversos logotipos de los partidos políticos que se han extinguido en Venezuela y que forman parte de un “panteón” de la democracia, en el que si uno olvida que se tratan de símbolos políticos, puede ver la influencia del arte geométrico latinoamericano.
“En todo acto creativo hay un juego de poder y seducción, ya sea a nivel doméstico, individual, o comunitario, y político. Los líderes políticos y, es más, todos aquellos que de alguna manera producen o difunden actos creativos, saben que tienen una gran herramienta muy potente para ejercer dicho poder, ya sea la pintura, la arquitectura, la música, la literatura. Pensar que el arte es apolítico es una idea naif, ingenua”, asegura Apóstol.