La aventura comienza al salir de Guadalajara por la conocida como Carretera a Nogales y conforme pasan los kilómetros, ir viendo a lo lejos los cerros azules gracias al Paisaje Agavero, ese que se ganó el reconocimiento mundial por su belleza.
La carretera, sea libre o de cuota, está en buenas condiciones y en ambos casos permite apreciar la belleza de las plantas de agave y con suerte hasta ver a alguien jimando, como parte del proceso de elaboración del tequila.
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Acercándote a la zona tequilera casi desde los municipios de Amatitán o El Arenal ya abundan las destilerías de todos los tamaños, algunas más modestas que otras, pero la mayoría ya abiertas a recorridos turísticos para que cualquiera pueda conocer cómo se elabora la bebida que preferida de los mexicanos y de extranjeros: el tequila.
Los recorridos guiados pueden ir desde los 350 pesos hasta más de mil pesos, dependiendo del lugar en que se contraten y lo que incluya pues algunos ofrecen catas y en los paquetes más costosos incluso alimentos y bebidas, lo que vuelve la experiencia aún más enriquecedora.
En un recorrido, la persona que visita puede conocer desde cómo es la jornada de un sembrador de agave, ver cómo es el proceso de jima y hasta intentar con la pesada coa arrancar las pencas del agave; visitar las fábricas donde procesan las piñas, disfrutar del olor del agave cocido y hasta poder mascarlo.
Y por supuesto degustar de los diferentes tipos de tequila como es el blanco, joven, reposado, añejo y extra añejo en medio de miles de barricas que se convierten en el escenario ideal para los amantes de las fotografías.
Hay varios museos donde se pueden encontrar desde los datos históricos del municipio hasta la botella más grande del mundo y hacer un recorrido por las piezas musicales que algunos de los grandes intérpretes mexicanos como lo son José Alfredo Jiménez o Vicente Fernández que han dedicado al tequila.
Como parte de los recorridos la mayoría de las tequileras ofrecen también una serie de “recuerditos” desde llaveros e imanes para el refrigerador, hasta las más elaboradas botellas presentadas en un estuche acompañado de una copa tequilera o algún vaso para disfrutar en casa de la espirituosa preferida de los mexicanos y que tratan de adquirirlos.
El centro de Tequila, un lugar idóneo para visitar
Más allá del recorrido por al menos una destilería que debe estar en la lista de las cosas infaltables del apasionado del tequila y de prácticamente cualquier mexicano, recorrer el Centro de Tequila también llena de emoción a cualquiera. Y es que ahí además de su templo dedicado a Santo Santiago Apóstol, su quiosco y la cantidad de negocios para comprar algún antojito o un cantarito con tequila para disfrutar mientras ves los camiones turísticos en forma de chile o de botella de tequila circular por alrededor de la plaza o disfrutar de los portales donde se instalaron restaurantes de comida mexicana.
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De esa manera la visita a Tequila, sea el día que sea es garantía de pasar un buen momento, independientemente de si acudes solo o acompañado, pues su gente y sus guías de turistas hacen que te sientas como en casa con el orgullo que representa estar en la tierra del tequila.