Adentrada en el Lago Chapala, en el municipio de Poncitlán Jalisco se ubica una de las islas más emblemáticas del país, su historia, arquitectura, gastronomía y leyendas convierten a la Isla de Mezcala o antiguamente conocida como isla presidio en unos se los atractivos turísticos más distinguido y visitados de la ribera y del estado.
Con una dimensión de 200,000 metros cuadrados la Isla de Mezcala alberga los vestigios de El Fuerte, una construcción de tipo militar que después de la independencia reunía a presos de alta peligrosidad originarios de la ribera de Chapala y Michoacán, está prisión funcionó de 1926 a 1855.
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Rubén Sánchez, dedicado a realizar viajes en lancha para llegar a la Isla de Mezcala desde hace 20 años relata parte de la historia que se vivieron en El Fuerte, algunas de estas dignas de contar por su valor histórico y otras paranormales que se han convertido a lo largo de los años en un atractivo más para los turistas.
“Yo tengo la fortuna de estar encargado de las jaulas y en ellas sembrábamos bagres y mojarras y en una lancha nos quedábamos a dormir, en la noche a mí no me gusta venir a la Isla grande porque de la misma lancha se escucha que hablan y caminan, que hay gente y no hay nada y otros pobladores de la isla también dicen que aquí hay algo”, apuntó Rubén Sánchez.
Hoy en día la Isla se ha convertido en un espacio que alberga a más de 40 familias dedicadas al turismo, la pesca y siembra de chayote, todos ellos atienden a miles de personas que acuden a escuchar y ver la escultura de la virgen de San Juan de los Lagos, su capilla, el árbol de la vida, el Cuartel Viejo, El Fuerte y las cientos de historias que aquí se vivieron de 1812 a 1816 con el acto independentista tras la batalla de Puente de Calderón.
La virgen que se ubica debajo del árbol de la vida es un atractivo religioso que atrae a los creyentes para admirar la figura realizada por indígenas en la época colonial, se dice que los listones que la adornan representan la vestimenta que las mujeres utilizaban en sus bailes típicos.
Para las personas de fe también se encuentra la capilla que resguardaba a la virgen de San Juan de los Lagos, donde las historias cuentan que era utilizada para la oración y castigos de ayuno por varios días.
En el Cuartel Viejo se dice que se fundía el acero con el que se realizaban las bolas de cañón que se disparaban desde una pequeña isla que se ubicaba a un costado de la de Mezcla.
75 kilómetros separan a Guadalajara de la Isla de Mezcala en el municipio de Poncitlán, una vez ahí hay que abordar una lancha que dará un recorrido de 15 minutos para llegar a la también conocida como la isla de los alacranes por su forma parecida a un escorpión vista desde las alturas.
La arquitectura de este emblemático lugar permite observar rastros precolombinos de puntas de obsidiana, ornamentas, piezas cerámicas y piezas de la tradición Aztlán, así como pinturas rupestres, petroglifos, restos paleontológicos y piezas arqueológicas.
Además de ser un sitio que guarda parte de la historia de México, Rubén Sánchez considera que la isla de Mezcala es el sitio ideal para pasar un fin de semana en familia y a la par de tener un buen momento se apoya a la economía local, sobre todo a aquellos que dedican su vida a promocionar, cuidar y velar por las instalaciones del lugar.
“Es nuestra vida y más yo porque en la isla chiquita que está a un costado ahí crecimos nosotros, allí tiene mi papá un pedacito y ahí crecimos esta es nuestra vida, yo migré un tiempo Estados Unidos y deseaba volver otra vez a mi pueblo, aquí, a mi tierra a esto que está muy pero muy bonito”, indicó Rubén Sánchez.