El Santuario de Talpa de Allende, el de San Juan de los Lagos, así como la Basílica de Zapopan y el Santuario de Santo Toribio Romo en Jalostotitlán son los sitios religiosos más visitados en la entidad, que se convirtió en la de más santuarios turísticos a nivel nacional.
El que lleva la delantera es Talpa de Allende, el pueblo mágico que año con año reúne a miles de peregrinos, muchos de ellos que caminan desde Guadalajara o de otras ciudades previo a la conocida como Semana Mayor, explicó Rogelio Martínez Cárdenas, investigador del Departamento de Estudios Organizacionales del Centro Universitario de los Altos de la UdeG.
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“Jalisco es el estado con el mayor número de santuarios en términos turísticos a nivel nacional, pero además tenemos los tendidos de Cristos en San Martín Hidalgo, la Judea en vivo en San Martín de las Flores y la Judea en vivo que se hace en el centro de la ciudad y antes se hacía en Analco”.
Solo en la Judea en vivo de Tlaquepaque se esperan este año alrededor de 130 mil personas entre el jueves y el sábado santo, en tanto que desde hace unas semanas y durante los próximos días se calcula que a Talpa de Allende llegue más de un millón 200 mil peregrinos.
A diferencia de otros destinos turísticos en esta temporada, los sitios religiosos reciben una menor derrama económica, pero siempre están las personas que deciden pernoctar o que comprar artículos religiosos o recuerdos como los chicles o las conservas de Talpa para llevar a sus familia o amigos, convirtiéndose estos días en los de mayor actividad económica para muchas de las regiones que promueven el turismo religioso.
Los tendidos de Cristo, otro atractivo religioso
Como parte de los atractivos religiosos en Jalisco están los Tendidos de Cristos en San Martín Hidalgo, un municipio donde más de cuarenta familias abren las puertas de sus casas en el barrio más antiguo del municipio y exhiben cristos con siglos de antigüedad cada viernes santo.
Los Tendidos de Cristo están declarados patrimonio inmaterial del estado por lo que representan para la región, agregó el investigador de la UdeG, quien destacó que la tradición se ha llevado con éxito a otras partes del estado.
“Son Cristos que llegan a tener hasta 300 años de antigüedad y eso les da un valor patrimonial, lo que hace muy atractivo… Tienen (alrededor) semillas, tienen frutas, tienen plantas y de alguna forma es el gusto de quien los está arreglando”.